LAS GUERRAS CARLISTAS EN EL RINCON DE ADEMUZ Y LA ZONA, SEGUN LOS DOCUMENTOS (X). TERCERA G.C. (1872-1876). PERIODO 1874
PERIODO 1874
Saqueo de Cuenca 15-7-1874 (grabado "Ilustración Española y Americana") |
Comienza
el año 1874, siendo Presidente del Poder Ejecutivo de la 1ª República, D.
Emilio Castelar y Ripoll. El 3 de enero, Castelar es depuesto, y las fuerzas a
cargo del gobernador militar de Madrid, el general D. Manuel Pavía y Rodríguez
de Alburquerque (y no él, a caballo, como se ha presentado en innumerables
imágenes), ocupan el Congreso. Es un golpe de estado, en principio, no para
acabar con la República, sino para impedir que cayera en manos de los
republicanos cantonalistas (intransigentes), y reconducirla a una república
“unitaria”, mediante un gobierno de concentración, contando con todas las
fuerzas políticas, a excepción de cantonalistas y carlistas.
Esto
dio la Presidencia del Poder Ejecutivo al general D. Francisco Serrano y
Domínguez (duque de La Torre) hasta finales de este año. Este período también
se conoce como la “Dictadura de Serrano”. De carácter liberal-conservador, se
apoyó en la primera Constitución democrática del 1869, aunque suprimiendo algunas
libertades políticas (es desmantelado el incipiente movimiento obrero, por
ejemplo...), y contó con el importante apoyo del ejército. Terminó con las
insurrecciones cantonalistas y se dieron duros golpes a los carlistas en esta
III Guerra.
Este
período político se puede considerar, y así lo consideran muchos historiadores,
una transición entre la 1ª República Española y la Restauración Borbónica con
la llegada de Alfonso XII.
Francisco Serrano y Domínguez (retrato de Antonio Gispert) |
Carlos María de Borbón y Austria-Este (Carlos VII) |
A
primeros de enero de 1874, el jefe carlista D. José Santés y Murgui, cuyo cuartel
general permanecía en Chelva, ocupa la zona de Ademuz. Parece ser, por las
noticias que incluyo después, que de ésta (Ademuz), partió la expedición (o
parte de la misma) mandada por dicho cabecilla, que vía Utiel, Villargordo del
Cabriel y Villanueva de la Jara, llegaría a ocupar Albacete el 10 de enero de
este año. Tras esta acción, Santés con sus fuerzas se retira a Chelva, deshaciendo el camino de ida, vía
Minglanilla, Villargordo y Utiel. Santés está cómodo en su centro de operaciones de Chelva, y sus facciones van y vuelven, entran, salen y permanecen en el Rincón de Ademuz, importante punto de concentración para sus expediciones a la Mancha.
[1874 enero, primeros] El
gobernador militar de Teruel da
parte de que la facción de Marco [Manuel Marco y Rodrigo (a) Marco de Bello] se
encuentra en los partidos de Castellón e Híjar, y que la de Santés [José Santés y Murgui] se hallaba en Ademuz, continuando otras
procedentes del distrito de Valencia entre Jérica
y Viver.[1]
LA GUERRA CIVIL.
[1874 enero,
primeros] Santés
en tanto no abandona el suyo [el terreno] de Chelva, y ocupa poblaciones como Ademuz, de más de 3.000 almas, mientras otras partidas se mueven
entre Jérica y Viver, no menos importantes, siempre cerca de Segorbe, y pudiendo reunirse pronto y fácilmente todas estas
partidas para caer sobre algún punto determinado, esperando que algunas insurrecciones
facilitarán su empresa.[2]
[1874 enero, primeros] Los carlistas se mueven ahora activos y resueltos; parece como que
quieren poner a prueba las altas cualidades del ministro de la Guerra [Juan de Zavala y de la Puente],
prevaliéndose aquéllos de lo que antes por otros no se había hecho bien, o aún
está por hacer, con cuyas desventajas hay que luchar.
Santés,
que no es seguramente de los que se duermen, y a quien dejamos en Ademuz, sospechando que podría penetrar en la
provincia de Cuenca, ha pasado en efecto el Cabriel y con 4 o 5.000
infantes y 400 caballos, según el periódico oficial, estuvo el 8 [enero] en Villargardo del Cabriel, saliendo hacia Villanueva, que si es la de
la Jara, no tiene más que trasponer la sierra y pasar el Júcar para
hallarse en la provincia de Albacete…[3]
[1874 enero, del 10 al 15] La labor de José Santés en la zona Centro y concretamente lo que
ahora es el territorio castellano-manchego desde
su cuartel general de Chelva, fue incesante y fructificará. Era un gran
estratega militar, contaba normalmente con el factor sorpresa y tenía
controlados los movimientos de los ejércitos del gobierno republicano.
Tras la
rendición de Albacete [1874 enero 10] …Aunque las tropas de Santés contabilizaron cuatro muertos y seis heridos, las
tropas del gobierno perdieron diez hombres. Acabada la rendición y capitulando
las fuerzas defensoras de la ciudad, Santés, sin esperar más tiempo para evitar
la llegada de las fuerzas republicanas, decidió marchar para Minglanilla en donde daría dos días de
descanso a sus tropas. De allí a Utiel y
luego a Chelva, a donde llegaría el 15 de enero en olor de multitudes.[4]
Del
artículo que hoy [1874 enero 13] dedica
“El
Imparcial” a la guerra civil, tomamos los siguientes párrafos:
“Unicamente
participa “La Gaceta” referente a los carlistas, que Santés entró en
Albacete [enero 10], sólo defendido
seis horas, abandonó la ciudad a la aproximación de las fuertes columnas
salidas de Madrid y de Valencia, y dividiendo su gente en varias fracciones
tomó la dirección de Chelva.
Aunque
ya sabíamos la ocupación de Albacete por los carlistas, tuvimos que atenernos a
lo que el periódico oficial publicaba; y al exponer los medios de defensa que
había y las condiciones de la localidad era de suponer lo sucedido.
La
marcha que ha efectuado Santés [José Santés y Murgui], a quienes algunos han supuesto retirado a la
vida privada, ofrece grande enseñanza. Examínense
los sitios que ha recorrido desde Ademuz a Albacete, las jornadas que ha
hecho y el tiempo en ellas invertido, y se comprenderá la importancia que
merecen fuerzas que realizan tales empresas, y lo inútil que hacen las más
activa persecución de una columna, si los movimientos de ésta no están
combinados con los de otra y aún otras”.[5]
[1874 enero, del 10 al 12] Por el ministerio de la Guerra se publican en “La Gaceta” de hoy las
siguientes noticias sobre la insurrección carlista:
CASTILLA LA NUEVA.-
Según noticias comunicadas por el gobernador de Cuenca, dicha población, animada del mejor espíritu, se halla
dispuesta a defenderse si volviese a ser atacada por las facciones. La de
Santés ha marchado por Villargordo del
Cabriel con dirección a Chelva.
ARAGON.- Por
despacho del capitán general se sabe que las
facciones del distrito se dirigían a Ademuz y Campo-Romanos. La columna del
coronel Navarro va en su persecución.[6]
Por las
noticias que aparecen a continuación, tras la acción de Albacete (10 de enero
de 1874), y durante la retirada de las fuerzas del carlista Santés hacia Chelva
(del 10 al 15 de enero de 1874), se observan dos movimientos carlistas importantes
que, al parecer, quieren confluir en el Rincón de Ademuz. El primero, al mando
de José Pascual, parte de Sarrión (Teruel), y vía Camarena de la Sierra
(Teruel), se dirige a Torrebaja (12 de enero). El segundo, al mando de Angel
Casimiro Villalaín, procedente de la provincia de Guadalajara y vía Sierra de
Albarracín, también se dirige a Torrebaja (16 de enero). Estas fuerzas, unidas
a las del propio jefe Santés, podrían haber formado (si es que no la formaron),
una muy importante concentración de tropas en un punto estratégico entre
Teruel, Cuenca y Valencia que era el Rincón de Ademuz. Desconozco, de momento,
con qué objeto y sus resultados.
En
cuanto a Villalaín, apresado y custodiado por los suyos, parece ser fue
rehabilitado enseguida, pues hay noticias posteriores de sus actuaciones en el
ejército carlista. “Su carácter irascible e indisciplinado hizo que en un par de
ocasiones sufriera arrestos y juicios sumarios” (según “El Maestrazgo
Carlista”).
[1874 enero, del 10 al 12] Se atribuye a Santés el proyecto de establecerse y fortificar Cañete, pueblo que por su posición
sería para los carlistas tan importante como Cantavieja.
La
facción de 400 hombres y 40 caballos que llegó anteayer a Sarrión [enero 11], mandada por José Pascual, estuvo ayer [enero 12] en Camarena y salió para Torrebaja
(Valencia).[7]
CARLISTAS.
ARAGON: “El Diario Español”:
El gobernador de Teruel participa
que la facción de 400 hombres y 40 caballos que llegó ayer [1874 enero 11] a Sarrión,
mandada por José Pascual, ha estado hoy [enero
12] en Camarche [Camarena] y
salido para Torrebaja (Valencia.).
VALENCIA: “El Imparcial”:
Se atribuye a Santés el proyecto de establecerse y fortificar a Cañete, pueblo que por su posición sería
para los carlistas tan importante como Cantavieja.[8]
[1874 enero, del 10 al 12] Santés, que simuló un movimiento sobre Villel, no llegó sin embargo a aquel punto; pero es indudable que
se propone acercarse, puesto que advirtió
que se preparasen raciones tanto allí como en los pueblos inmediatos para
dirigirse a Ademuz, donde se asegura que reunirá fuerzas de importancia.
Se
confirma que Santés ha pedido raciones a
los pueblos inmediatos a Ademuz.[9]
[1874 enero 12] La
facción de Santés pidió raciones el día
12 en los pueblos inmediatos a Ademuz, en cuyo punto le suponía el capitán
general de Aragón con fuerzas considerables.[10]
[1874 enero, mediados] Marco
de Bello [Manuel Marco y Rodrigo] sigue en las inmediaciones de Belchite, sin abandonar la proximidad al
Ebro, y Santés parece dirigirse de nuevo
a Ademuz, que fue el punto de su partida para Albacete. Se supone, según el
parte oficial, con fuerzas considerables.
Que ya
que las reúnen los carlistas, contribuyan también los liberales a que sean más
considerables aún las que ayudan al gobierno en su decidido y firme propósito
de acabar la guerra que tanto y a tantos daña.[11]
[1874 enero,
mediados].
CARLISTAS.-
VALENCIA.
“El
Imparcial”: ...E1
cabecilla Palacios [Manuel Salvador Palacios], con la mayoría de las fuerzas de
que dispone, se hallaba ayer en Alcublas.
E1
convoy de víveres, armas, efectos y metálico que sacaron de Albacete los
carlistas, ha llegado sin tropiezo ni dificultades a Chelva...
...Viajeros
llegados de Chelva aseguraban que ha
llegado [enero 15] ya el cabecilla
Santés con su gruesa partida a aquel centro de sus correrías.
CARLISTAS.-
CASTILLA LA NUEVA.
...La partida carlista que lleva preso a su cabecilla Villalaín [Angel Casimiro
Villalaín], cobró anteayer [1874 enero
14] un trimestre de contribución en Valdecuenca,
durmió el 15 [enero] en Jabaloyas y ayer [enero 16] salió con dirección a Torrebaja.
CARLISTAS.- ARAGON.
“El Tiempo”: Ayer [1874 enero 14] entró en Valdecuenca
(Teruel) la partida que mandaba Villalaín, y después de sacar una contribución,
marchó a Torrebaja [enero 16] con igual fin.[12]
[1874 enero, mediados] El
gobernador de Teruel dice que la
partida carlista de 85 infantes y otros tantos caballos que lleva preso al
cabecilla Villalaín, cobró un trimestre de contribuciones en Valdecuenca [enero 14] ayer, durmiendo después en Javaloyas
[enero 15], y hoy [enero 16] ha salido en dirección a Torrebaja. No se ha confirmado, por lo visto, el fusilamiento de Villalaín,
pero le anda cerca.[13]
De “El
Isleño”:
Madrid, 17 (5-30
t.) [1874 enero]
El
cabecilla Villalaín ha sido preso por su misma partida que se dirige a Torrebaja.[14]
Torrebaja. Casa Grande y Torre de los Picos (Foto de Alfredo Sánchez Garzón) |
Angel Casimiro Villalaín (grabado "Ilustración Española y Americana") |
CARLISTAS –
VALENCIA.
[1874 enero, finales]
De “El
Imparcial”: La facción del cabecilla Pascual [José Pascual] sigue
merodeando por los pueblos del partido de Cañete,
llevándose algunos mozos y recaudando las contribuciones.[15]
[1874 enero, finales] “Chulla” [Juan Martínez], el comandante militar que los
carlistas tenían en Chelva, el cual
se había retirado a los pueblos
del rincón de Ademuz por estar más
seguro de las visitas de las tropas, se presentó en uno de los últimos días en Chelva con sus agentes o corifeos,
exigiendo a los mayores
contribuyentes 2.000 duros, que раrece cobró con serias amenazas a los que se
mostraban más reacios en el pago.[16]
Continúan
dispersos los carlistas que componían la facción Marco de Bello. El 28 [1874 enero] por la noche llegaron
200 a las Ventas de Santa Eulalia, y
quemaron todos los periódicos y correspondencia oficial de Madrid y Zaragoza. Marco
[de Bello] con el mayor número se
dirigía a Ademuz, según telegrama del gobernador de Teruel.[17]
Leemos
en “El
Imparcial”:
El
“Diario
de Avisos de Zaragoza” publica estas noticias que le comunica con fecha
7 [1874 febrero] una carta de Teruel:
Ayer
[febrero 6] levantó su cuartel
general la facción Marco [Marco de Bello], marchando desde Mora de Rubielos a Sarrión.
El día anterior [febrero 5] habían llegado
a Mora 200 caballos de la misma
facción. El grueso de ella, unos 3.000 hombres, va mandada por el segundo de
Marco, por haber marchado éste con dos compañías a Cantavieja.
Se
hacen comentarios acerca de la dirección de los carlistas. Suponen algunos que
marchan hacia la provincia de Valencia a darse la mano con Santés; pero otros
creen que se inclinarán a la derecha pasando por Libros o Villel.
No
será extraño vuelvan por la Sierra de
Albarracín o Molina y hagan otra correría por los partidos judiciales de
Daroca, Ateca y Calatayud.[18]
CORREO NACIONAL.
[1874 febrero, primeros] ...El cabecilla
Santés [José Santés y Murgui], según los partes oficiales, continúa con su cuartel general en Chelva
donde deben reunírsele Cucala [Pascual Cucala Mir] y Vallés [Francisco Vallés Roselló]...[19]
A
primeros de febrero de 1874, la partida de Santés, sale de Chelva y se traslada
a Puebla de San Miguel (Rincón de Ademuz), trasladando también a Aras de Alpuente (hoy Aras de los Olmos) buena parte de su material de guerra, parece ser, con el punto de mira en Cañete
para establecer su centro de operaciones. Merodea la zona comprendida entre
dicho pueblo y Santa Cruz de Moya. “Visita”, entre otras, las poblaciones de Utiel,
Fuenterrobles, Camporrobles, Landete, Mira, Tragacete, Salvacañete, Moya y pueblos
del Rincón de Ademuz.
[1874 febrero, primeros] Los diarios de Valencia del 12,
recibidos ayer, publican las siguientes noticias de la provincia:
Los
carlistas de la partida de Santés han comprendido ya que no les es posible
continuar teniendo establecido su cuartel general en Chelva, pues la activa persecución de que son objeto les pone
continuamente en un aprieto. Con tal motivo han abandonado aquella población
los destacamentos que antes tenían, los cuales, junto con el comandante
militar, se han trasladado a Puebla de
San Miguel, pequeño caserío situado en el rincón de Ademuz, al cual es
difícil subir por la falta de caminos y por lo quebrado del terreno. A dicho
punto han llegado también uno de los últimos días unas 300 caballerías
conduciendo todos los víveres, armamento y demás enseres que Santés tenía
acumulados en Chelva, donde no han
quedado más que los heridos a quienes por lo grave de su estado no era posible
trasportar.
Por
último, parece que la gente de Santés trata de establecer un centro de
operaciones en Cañete, pueblo
también situado en sitio estratégico de la sierra
de Cuenca y de difícil acceso.[20]
[1874 febrero, primeros] Santés sigue su marcha, y si los carlistas que se encuentran en la
inmediación de Cañete y por Santa Cruz de Moya, son de la gente de
Santés, como parece lo natural, su dirección es la misma que ayer indicamos, y
más que la necesidad de ir por la sierra
de Cuenca a la de Albarracín
podía acercarse a la provincia de Guadalajara con algún político, no muy
extraño.
Marco
[Marco de Bello] en Sarrión se viene
acercando a Santés y uno y otro podían
reunirse fácilmente en Ademuz, de donde partió no ha mucho para apoderarse
de Albacete. No hay que olvidar que Santés es el más atrevido de los caudillos
carlistas, y lleva ahora a su lado gente entendida.[21]
De
“Las
Provincias”, de Valencia, de ayer:
El
viernes [1874 febrero 6] por la
tarde llegó a Utiel la facción
Santés, fuerte de 2.500 hombres. Cobraron un trimestre de la contribución,
5.000 raciones de pan y 200 de cebada.
El
sábado [febrero 7] a medio día
tocaron llamada y salieron por
la parte de Chelva; pero al corto rato
dieron contraorden y marcharon por la carretera de Madrid hacia Poniente.
Decían que pernoctarían en Fuenterrobles.
El
titulado general Palacios [Manuel Salvador Palacios] ha estado en Chelva
conferenciando con Santés; después salió de aquel punto no se sabe en qué
dirección.[22]
Noticias de Guerra
que hoy [1874 febrero 12]
publica la “Gaceta”:
VALENCIA.- El general en jefe participa
que, con noticia de que Santés se hallaba [febrero,
5 o 6] a una jornada de Requena cobrando contribuciones y racionándose,
salió para aquel punto, a donde llegó, después de una penosa marcha a causa del
mal tiempo, a las cinco de la tarde de anteayer; y sabiendo que dicho cabecilla
estaba en Camporrobles [febrero 8],
continuó las operaciones en su persecución.[23]
ULTIMAS NOTICIAS.
...El
día 7 [1874 febrero] estuvo en Fuenterrobles la facción Santés, de
4.000 infantes y 80 caballos, saliendo el 8
para Camporrobles, de donde sacó
raciones, llevando preso al alcalde por no haber aprontado los bagajes que
exigía...
...Algunas
facciones se encuentran en las inmediaciones de Cañete y por Santa Cruz de
Moya, en la provincia de Cuenca...
...La
facción de Marco de Bello se hallaba el miércoles [febrero 11] en Sarrión
al frente de 4.000 hombres con avanzadas en la Venta del Aire...[24]
[1874 febrero, sobre
el 10] De la
facción Santés se sabe también por la “Gaceta” que continúa activamente
perseguida por fuertes columnas, y más de cerca por la del general Soria Santa Cruz
[Federico Soria Santacruz y Resa].
De
los movimientos del diligente partidario dice lo siguiente “El Imparcial”:
“Santés,
el más atrevido de los partidarios carlistas, aumentada su gente y operando en
combinación con Cucala, estuvieron en la noche del 10 [febrero] en Mira, partido de Cañete, marquesado de Moya, habiendo pasado por el pueblo de Landete 200 caballos enfermos e
inservibles, por la gran fatiga de tan rápidas marchas.
No
parece probable que Santés vuelva a Chelva,
porque parte del material de guerra que allí tenía lo ha trasladado a Haras de Alpuente [Aras de Alpuente],
pero no creemos pueda detenerse allí”.[25]
[1874 febrero, primeros]… Santés [José Santés y Murgui], desde Tragacete,
paso a Salvacañete, donde estaba el
día que llegó Calleja [Emilio Calleja Isasi] a Boniches. Era claro que el cabecilla se proponía guarecerse en Chelva, y entonces el expresado
brigadier intentó darle alcance antes de que salvase el Turia; pero el enemigo, que a todo trance quería evitar el combate,
forzó la marcha, salió de la provincia, pasando
por Moya hacia el Rincón de Ademuz cuando llegaban a Landete los exploradores de Calleja, quien se detuvo en este punto
para esperar a los cazadores de Estella y los 50 caballos de Farnesio que
debían habérsele incorporado, y principalmente para recibir los fondos, que le
eran muy necesarios y había pedido con premura.
Esta
excursión del cabecilla por el territorio de Cuenca duró un mes escaso, y fue de excelentes resultados para el
carlismo. En ella recogió Santés muchos miles de duros, gran cantidad de ganado
y armas de todas clases, dejando a los pueblos atemorizados y exhaustos, hasta
el punto de que en más de una ocasión encontraban las tropas grandes
dificultades para el racionamiento, que originaban retrasos en las operaciones.[26]
El
general Francisco Serrano y Domínguez (Duque de la Torre) sigue siendo Presidente del Poder Ejecutivo de la
República. Desde el 26 de febrero de 1874, y hasta el 3 de septiembre, pasa a
presidir el Consejo de Ministros el general D. Juan de Zavala y de la Puente.
Gobierno apoyado por los militares y compuesto por republicanos unionistas,
progresistas y demócratas moderados. La mayor prioridad de este gobierno fue,
sin duda, terminar con la Guerra Carlista.
[1874 febrero,
finales].
De
“La
Correspondencia”:
Los
carlistas forman grande empeño en ocupar a Teruel.
De
“El
Imparcial”:
En
Fuenterrobles, distrito de Requena, ha sido detenido por los
carlistas el comisionado de apremio [un “comisionado de apremio” era el
encargado de recaudar a morosos por contribuciones de la Hacienda Pública] D.
Miguel Senís, ocupándole siete expedientes de la corporación provincial, y
extendiéndole un recibo que dicho Sr. Senís ha entregado en descargo a la
comisión provincial.[27]
[1874 febrero,
últimos] Una
partida del requeté [como requetés, se
denominan a los carlistas] penetró uno de estos últimos días en la aldea
de San Antonio, pequeño pueblo o
lugar del distrito de Requena, y se
llevó preso al alcalde, por cuyo rescate ha pedido 10.000 reales.
Serían
como las seis de la tarde del día 25
[febrero], cuando se presentó en Siete
Aguas Santés (Nicolás) [¿¿??]
con 120 infantes y 18 caballos. Pidió 120 raciones de pan, nueve varchillas de
cebada [Varchilla era una unidad de capacidad de grano (1/3 de fanega). Esas
nueve varchillas vendrían a equivaler aproximadamente a 100 kgs. Me parece muy
poco, pero también llevaban pocos caballos (esto es una reflexión mía, no
tomarlo muy en cuenta)], y 1.300 reales vn [reales vn = reales de vellón;
aleación de plata y cobre. Ya existía la peseta desde 1868, pero coexistían
varios tipos de moneda en la época]. Permaneció en dicha población hasta las
nueve, hora en que marchó en dirección a Chera.
Dícesenos
que no han sido enviados a Requena
los cañones que el Gobierno concedió a aquella liberal población para su
defensa. Aún cuando parte da las fuerzas militares que operan en este distrito
tuvieran que marchar al Norte, como se indica, no es de creer que los carlistas
invadan a Requena, pero es preciso
que las autoridades militares aprovechen la primera ocasión propicia para dotar
a aquella ciudad de los medios de defensa necesarios para resistir a las
facciones, si éstas, contra lo que esperamos, intentasen dar un golpe de mano
que favoreciese su entrada en Requena.
No
hay noticias exactas acerca de la facción Santés, pero, según parece, se ha
internado en la sierra.[28]
[1874 marzo,
primeros]
Del
diario “Las Provincias”, correspondiente al día de ayer [1874 marzo 4]:
...“Anteayer
[marzo 2] fueron pedidas a Buñol 1.320
raciones de pan para los carlistas, que debían remitirse a Aras de Alpuente”...
De
“El Diario Español” es lo que sigue:
“Santés,
de regreso de su expedición a las provincias del interior, amenaza a Requena. Dicho cabecilla ha enviado un
oficial a aquella ciudad, intimándole la rendición, y aglomerando en él con fría
calma todas las amenazas que ha creído que podían producir algún efecto en los
decididos defensores de Requena.
Al
efecto les dice que los ejércitos reales
no han molestado a las poblaciones que les han abierto sus puertas, contentándose
con pedirles los recursos necesarios para sostener la campaña, pero que en
cambio han impuesto contribuciones de guerra a los que queriéndoles combatir
han tenido que sucumbir ante el esfuerzo de las armas.
Añade
que es llegada la hora para Requena
de cesar en su hostilidad, prometiendo en cambio que será respetada, y para el
caso de una contestación negativa amenaza con tratarla como vencida. Para ello
ha dispuesto que la caballería de que dispone bloquee la ciudad, impidiendo la
entrada de comestibles, y encargándola de detener a los que quieran salir, por
los que anuncia se exigirá rescate. Amenaza a los propietarios con la
eventualidad de la pérdida de los frutos y efectos que tengan en las numerosas
casas de campo de aquel término, y a la población con hacerle pagar los gastos
del trasporte de cañones para hostilizarla, con una indemnización de las
pérdidas que sufra por la defensa de Requena,
y una fuerte contribución de guerra, siendo tratados sus vecinos como vencidos.
Esperamos
que estas amenazas no han de producir otro efecto que el de aumentar la decisión
al vecindario de Requena, a quien ni
intimidan las amenazas, ni quebrantan los halagos”.[29]
[1874 febrero-marzo]… Para
conocer el desarrollo de la tercera guerra carlista es fundamental analizar, lo
más detalladamente posible, la actividad en esta provincia conquense. Los meses de febrero y marzo [1874] fueron
intensos. Las tropas de José Pascual García, ante la ausencia de Villalaín,
empezaron a hacer algunas incursiones por numerosas localidades de la misma con
un grupo de cuatrocientos soldados y treinta caballos que daban vida al
batallón Altar y Trono, guardia personal del infante don Alfonso. Desde Cañete por Garaballa, Landete y Carboneras, llegó incluso a aproximarse
a las mismas puertas de la ciudad de Cuenca,
sin decidir atacar, pero sí requisando armas y contribuciones, en las
poblaciones limítrofes.
Mientras
el coronel Santés desde Chelva,
seguía actuando en toda la comarca oriental de la provincia conquense,
obteniendo los tributos necesarios y ayudando al alistamiento de nuevos
voluntarios, evitando por otro lado, que los mozos de la reserva llamados por
el gobierno para su alistamiento en las tropas de la República, pudiesen
cumplir ese mandato. En el mes de febrero
[1874], volvía Santés con sus tropas
a acercarse a la ciudad de Cuenca.
… Sin
embargo, cuando llegaba a las
proximidades de Ademuz, Calleja [comandante
republicano] se enteró de la situación y quiso rápidamente cortarle el paso
[a Santés]. Cuando podía haberle dado alcance, tuvo que esperar a los cazadores
de Estella y a los 50 caballos de Farnesio, retrasándole la marcha y permitiendo a Santés llegar a Chelva.
… Por
otro lado, los ejércitos comandados por Palacios y Cucala actuaban por la zona
fronteriza entre Valencia y Cuenca.
…
Cuando Calleja [Emilio Calleja Isasi] recogió unos fondos que esperaba de Cuenca, descansó unos días en Landete, realizando los preparativos
necesarios para actuar contra las partidas del Júcar. Mientras estuvo allí,
recorrieron sus hombres los pueblos de
Ademuz y Moya, con vistas de dejar asegurada esa zona y después, ante un
nuevo y urgente aviso del Ministerio para defender la vía férrea, clave de las
comunicaciones de abastecimiento de la zona Norte, marchó a Camporrobles el 6 de marzo [1874] y de allí a Minglanilla,
destacando una avanzadilla al puente de
Contreras, a fin de explorar los movimientos de Santés [José Santés y
Murgui], Cucala [Pascual Cucala] y Palacios [Manuel Salvador Palacios] que,
según noticias se encaminaban desde Utiel
y Requena a Villargordo del Cabriel.
… Entre Teruel y Cuenca, los cabecillas
Ladio, Megino y Luna que obraban independientemente, se internaban por la
sierra y provocaban honda preocupación en los pueblos conquenses de la sierra
media y baja, entre Cañete y Moya, acercándose incluso a las
proximidades de Cuenca; partidas de
Santés, la que dirige Valiente, y un destacamento de Vallés [Francisco Vallés
Roselló] con sus 700 hombres y 40 caballos tenían allí su campo de operaciones.[30]
Moya. Castillo (foto de Maribel Martínez) |
A primeros de marzo de 1874 existe una fuerte actividad carlista en la ribera del Júcar y la comarca de Utiel-Requena, incluida la intención de entrar en Requena ("la liberal Requena", que nunca pudieron ocupar los carlistas, a pesar de los numerosos intentos sufridos en estos conflictos bélicos). Estos movimientos desembocaron en la llamada "acción de Minglanilla", como veremos más adelante.
CRONICA DE LA
GUERRA.
[1874 marzo, 6 a 8] La facción Santés parece que no
se da prisa a bloquear a Requena,
toda vez que después de haber intimado la rendición de dicho punto, se marchó
hacia Chelva, donde se hallaba hace
dos o tres días [marzo, 6 a 8]. Sólo
se habían presentado por la parte de Utiel
algunos caballos, cuyo objeto parece no es otro que apoderarse de los artículos
que por aquella parte se condujesen a Requena.
[Sin embargo, según la publicación que sigue, no eran sólo “algunos caballos”
los que se habían presentado en Utiel, sino fuerzas del general carlista José
Santés y Murgui, con unos 5.000 hombres].[31]
[1874 marzo, 7 a 8] La provincia de Valencia
presenta un espectáculo imponente. Varias partidas la recorren en todas direcciones habiéndose hecho
dueños de la ribera del Júcar merced
a la ausencia de las columnas.
El
sábado [marzo 7] las partidas de
Almenar y Sierra Morena [Ramón Domingo], en número de unos 1.500 infantes y 100
caballos, estuvieron en Catadau, donde pasaron la noche. El domingo [marzo 8] se dirigieron a Montserrat,
cometiendo a su paso varias tropelías, y parece pernoctaron en Вuñol para continuar hacia Requena.
El
sábado [marzo 7] por la tarde se
presentó Santés con unos 5.000 hombres en Utiel.
En cuanto se supo en Requena la
llegada de Santés a Utiel se
redoblaron las precauciones militares y se comenzó a construir barricadas en
los puntos más convenientes de la población, para apelar a todos los medios de
resistencia y llevarla al último extremo.
El entusiasmo de los valientes liberales de Requena
crecía según aumentaba el peligro de verse atacados por los carlistas. La columna del brigadier Calleja [Emilio Calleja Isasi] se
encontraba a unas cinco leguas de aquella villa.
Santés [José Santés y Murgui],
Palacios [Manuel Salvador y Palacios], Vallés [Francisco Vallés Roselló] y Cucala [Pascual Cucala Mir] se habían reunido el viernes [marzo 6] en Chelva, con
un número de facciosos que se hace ascender a 10.000, y que tal vez se haya
aumentado, pues notamos un movimiento de concentración de todas las partidas
dispersas hacia dicho punto...[32]
Las
facciones Santés y Palacios, a su entrada el día 7 [1874 marzo] en Utiel, se llevaron 5.000 duros de aquella población. Requena, que espera con impaciencia que
se aproximen las facciones para probarles cuan quimérica es su esperanza de
entrar en tan rica como liberal ciudad, continúa bloqueada a medias. La fuerza
de caballería carlista que, se encuentra hace días en sus inmediaciones,
intercepta un día la carretera de Valencia y otro la de Utiel.[33]
“Acción
de Minglanilla”. Entre el 9 y el 10 de marzo de 1874, se produce un importante
enfrentamiento, en los términos de los pueblos de Villargordo del Cabriel y Minglanilla, que
sostienen la fuerzas gubernamentales del brigadier Emilio Calleja Isasi, contra
las fuerzas unidas de los carlistas Palacios (Manuel Salvador Palacios), Santés
(José Santés y Murgui) y Cucala (Pascual Cucala Mir). Este último resulta
herido en el combate.
A consecuencia de esta batalla, surgen diferencias y un fuerte enfrentamiento entre los jefes carlistas Pascual Cucala y José Santés, que terminarán posteriormente con la destitución de este último y su exilio a Francia.
A consecuencia de esta batalla, surgen diferencias y un fuerte enfrentamiento entre los jefes carlistas Pascual Cucala y José Santés, que terminarán posteriormente con la destitución de este último y su exilio a Francia.
Emilio Calleja Isasi (grabado de Ilustración Española y Americana) |
Manuel Salvador y Palacios |
Pascual Cucala Mir (De Columbusalbus - Escaneada una fotografía antigua) |
ULTIMAS
NOTICIAS.
He aquí los términos en que está
concebido el despacho telegráfico en que el brigadier Calleja [Emilio Calleja Isasi] dio parte al
Gobierno, de la acción de Minglanilla:
[1874 marzo 9] “He batido hoy a las facciones
reunidas de Palacios, Santés y Cucala, en número de 8 a 9.000 hombres, en el puente de Contreras y la dehesa de Santa María de Minglanilla,
ocupando una extensa línea de fuego de legua y media; si el enemigo era
cuádruple en fuerzas, las mías les han demostrado que aún aquéllas eran
insuficientes. Su comportamiento ha sido admirable, consiguiendo, después de
seis horas de nutrido fuego, durante el cual maniobraron las tres armas,
desalojar al enemigo de unas formidables posiciones, tenazmente defendidas,
ocupando nuestras valientes tropas nuevamente el pueblo, en donde entraron a
las cinco de la tarde, después de recoger nuestros muertos y heridos. Las bajas
del enemigo han sido 53 muertos y gran número de heridos, que se les vio
llevar; las nuestras han consistido en un comandante y seis soldados muertos,
dos oficiales y sesenta y seis soldados heridos, ocho contusos, seis caballos
muertos y quince heridos”.[34]
Del "Diario de Pascual CucalaMir" [1874 marzo]:
“Día
9 de marzo 74. Emprendimos el fuego contra la columna del General
Callejas [Calleja] del Gobierno. Por nuestra parte, el General Palacios me dijo
que por la mañana pasara con mi brigada, cruzase el río por el puente y que
ellos, que eran él y el jefe Santés, pasarían por el puente de Contreras con cinco batallones y trescientos caballos. Pasaron
nada más que con cincuenta caballos y un batallón el puente de Contreras; el General Callejas [Calleja] le hace una
descarga a la caballería y entonces el General Santés se volvió atrás y
apechuga a la Infantería y hace cuatro muertos y heridos; me pongo a
retaguardia del enemigo y entonces se retiró Palacios. Yo solo estaba haciendo
fuego (falta en el original) la
columna enemiga ella llevaba tres mil seiscientos hombres y yo llevaba dos mil
hombres y un (falta en el original)
de Santés que había pasado el río tampoco me (¿ayudó?). Pues yo emprendí el fuego a las once de la mañana [marzo 10] y duró hasta las cuatro de
la tarde; la Caballería me cargó por tres veces y siempre fue retrocedida. El
enemigo tuvo veinticinco muertos, ciento treinta heridos, cuarenta prisioneros
y once caballos. A las cuatro de la tarde yo caí herido del brazo, me hallaba
sin municiones, y en vista de que no me venía el refuerzo, me retiré. Mis bajas
fueron seis muertos y sesenta heridos. A todos me los llevé al pueblo de la Venta del Moro [marzo 10] y allí
llegamos a las diez de la noche. Allí curamos a todos los heridos y por la
mañana tomamos la marcha al pueblo de Chelva
y entregué la fuerza al mando a mi hermano que tomó la marcha en dirección al
Maestrazgo. Yo me quedé en Chelva y
a los tres días la compañía de Guías me llevaron a Segorbe [marzo 19] con una parihuela y tuve la bala nueve meses dentro del
brazo”.[35]
Por
noticias posteriores al telegrama del brigadier Calleja [Emilio Calleja Isasi] que más arriba insertamos, procedentes de Requena, se sabe que la facción Cucala
entró a las dos de la mañana [marzo 10] de
ayer en Venta del Moro con algunos
heridos, incluso el cabecilla, que lo está en un brazo.
Ayer
[marzo 10] a las nueve de la mañana,
el cabecilla Cucala salió de Venta del
Moro en dirección a Utiel. Durante
todo el día estuvieron llegando a este punto muchos carros de heridos
carlistas.[36]
Puente del Pajazo (requena.es) |
Puente de Vadocañas (ventadelmoro.org) |
Puente de Contreras |
Villargordo del Cabriel. Iglesia de San Roque (tierradelvino.es) |
Venta del Moro (ventadelmoro.org) |
Por su interés
histórico, añado aquí carta-correspondencia del general carlista D. Manuel
Salvador y Palacios, fechada en Tales (Castellón) el 17 de marzo de 1874,
dirigida al infante D. Alfonso de Borbón, y referida al combate en Minglanilla
(Cuenca):
Serenísimo Señor:
Con motivo de la toma de la importante villa de
Vinaroz y de la inexpugnable Amposta, el enemigo fuerte de ocho a nueve mil
hombres, con diez y seis piezas de artillería y trescientos caballos divididos
en dos columnas principió su movimiento de avance, la una en dirección de
Vinaroz y la otra de San Mateo para introducirse en el corazón del Maestrazgo,
la una apoyada por el mar, marchando paralelos tres vapores y la otra por el
único llano que tiene el Maestrazgo, viéndome en la imposibilidad de atacarlas
por la situación topográfica que ocupaban, dispuse que los batallones 3º y 4º
del Maestrazgo a marchas forzadas se dirigieron a la rivera de Valencia con el
objeto de llamar la atención del enemigo y proporcionarse recursos de armas,
caballos y dinero y con la brigada de Cucala seguir el mismo movimiento, tan
luego como el enemigo tuvo conocimiento de mi marcha, retrocedió rápidamente
para proteger a Valencia y ver si podía evitar que los batallones 3º y 4º
recorriesen la rivera.
Sabedor de que se encontraban los referidos batallones
en terreno donde no podían ser alcanzados, me dirigí con la brigada Cucala a Chelva, donde supe que la columna del
rebelde Calleja, fuerte de cuatro mil hombres y cuatro piezas de artillería y
doscientos caballos se encontraba en el pueblo de Landete provincia de Cuenca y puesto en combinación con el 2º
Comandante General de Valencia, coronel Santés, dispuse marchase a Utiel, donde recibiría mis órdenes, yo
me dirigí con la brigada Cucala hacia la parte en que se encontraba el
enemigo que ya había salido de Landete
por Mira, Camporrobles y Villalgordo
se dirigían a Minglanilla,
siguiéndola en su marcha hasta colocarme en el expresado pueblo de Villalgordo, junto el más avanzado de
su dirección en la noche del ocho
[marzo] y hora de las ocho mandé uno de mis ayudantes con ocho
caballos al pueblo de Utiel donde se
hallaba el 2º Comandante General de Valencia con su división para que al
amanecer se me incorporase y reunidas las fuerzas mande la Brigada de Cucala
con mi Jefe de Estado Mayor Coronel Belda, que pasara el Cabriel por el puente
de Pajazo para que pudiera atacarla por la retaguardia, al primer Batallón de
Cazadores del Cid que lo verificase por la izquierda por el puente de Vadocañas
y ya por la carretera a pasarla por el de Contreras
con cuatro batallones y la caballería llevando de vanguardia una sección de
tiradores escolta del 2º Comandante General.
Serían las nueve de la mañana [marzo 9], cuando ya había pasado el puente de Contreras cuya subida por las zis-zas que forma la
carretera es una verdadera fortaleza; tuve aviso por la descubierta de
caballería que el enemigo avanzaba a la carrera y no pudiendo tomar la altura
retrocedí a colocarme en las posiciones de los dos lados del puente para no
dejarme el Cabriel a la espalda, en esta situación se rompió el fuego, que duró
cinco horas, sin que el enemigo pudiera avanzar un solo paso de sus posiciones.
En este estado la Brigada Cucala, con mi Jefe de
Estado Mayor que había emprendido su marcha a las cinco de la mañana [marzo 9], pasando el puente de Pajazo
y el puerto de Salinas, consiguió colocarse a retaguardia del enemigo después
de unas seis horas de marcha forzada. En el alto del puerto se detuvo esta
brigada, esperando a que yo con la división Santés apareciese en lo alto de la
carretera que donde el puente de
Contreras conduce a la Minglanilla,
pero no habiendo oído el fuego que yo había roto hacía algún tiempo emprendió
la marcha a la carrera, pasando por la
Pesquera y cayendo de improviso sobre Minglanilla
lograron después de un ligero tiroteo apoderarse de la población y de cuarenta
y siete soldados de la Lealtad y Cazadores de Mérida, que con un teniente se
había dejado el enemigo, sin duda para custodiar los efectos que allá había
dejado, con los prisioneros logró apoderarse de nueve caballos, cincuenta
fusiles Remington con sus correspondientes municiones, dos sables, varias
lanzas y más de doscientos morrales que allí había, y a seguida salió por la
carretera al expresado puente de
Contreras, en donde suponía había roto yo el fuego; más al poco tiempo de
su salida divisaron al enemigo que tomaba posiciones a derecha y a izquierda de
la carretera en la alturas de las Cabrillas. La Brigada Cucala en vistas de
esto, formó sus batallones en masa desplegando algunas compañías en guerrilla,
emprendiendo desde luego el ataque, quedando de esta manera el enemigo cortado,
pero a consecuencia de haber sido ocupadas por él formidables posiciones, le
fue imposible arrollarlo, debiendo su salvación no al número y artillería que
tenía, sino a haber agotado las municiones después de tres horas de fuego,
comprendiendo entonces aquella Brigada, que algo había que impedía la llegada
de las fuerzas de la División Santés y herido Cucala en un brazo, emprendió la
retirada en el mayor orden, recogiendo todos sus heridos.
De haber cumplido con mis instrucciones su deber el
primer Batallón Cazadores del Cid, es indudable que la columna hubiera sido
completamente derrotada, pero éste en vez de atacar la izquierda, volvió a
repasar el Cabriel dejando abandonado su puesto sin disparar un tiro.
Nuestras pérdidas han consistido en diez y ocho
muertos y cincuenta y un heridos, muchos de ellos leves; las del enemigo, han
sido más considerables, pues a más de haber dejado en el campo gran número de
efectos y nueve caballos según relación de la Cruz Roja ha tenido igual número
de muertos y setenta y seis heridos conducidos a Albacete, más los
cuarenta y siete prisioneros que antes se mencionan.
Lo que tengo el honor de poner en su conocimiento de
V. A. en cumplimiento de mi deber.
Dios guarde la preciosa vida de S. A. R. Tales, 17 de
marzo de 1874
Serenísimo Señor Manuel S. Palacios
Serenísimo Señor Ynfante Don Alfonso de Borbón y
Austria de Este, General en Jefe del Ejercito Real de Cataluña, Valencia y
Murcia.
Del "Diario de Pascual Cucala Mir" [1874 marzo] [Resumen]:
10 de marzo.- La mañana del día 10 [Pascual Cucala] a la Venta del Moro en donde permaneció
sobre dos horas y luego a Utiel en
donde estuvo hasta el día 12.
12 de marzo.- En cuyo día 12 fue trasladado a Chelva
en donde durmió y descansó por algunos días. El General Palacios [Manuel Salvador Palacios], al abrazarle
en el mismo pueblo de Chelva se
contristó y le hizo repetidas visitas, mas Santés no le visitó y demostró
alguna frialdad, y poco interés en la desgracia de Cucala y el volante de la
Guerra de este Maestrazgo apenas habló de su heroísmo y sólo en abstracto
engrandeció el hecho de armas de Cucala singularizándole muy poco o casi nada.
La Brigada regresó a operar al Maestrazgo y Cucala permaneció en Chelva 6 días en los cuales se le hizo padecer mucho
por el facultativo de su Brigada que opinaba tener la bala dentro de la herida
siendo así que no existía dentro de ella semejante proyectil, como lo corroboró
después el Cirujano de Alcalá Don Francisco Fulbe que le hizo algunas visitas.
19 de marzo.- Del expresado pueblo de Chelva salió Cucala el día 19 conducido con una camilla y
descansó en Villar del Arzobispo, y
luego siguiendo la marcha vino a parar la madrugada del 20 en la Cueva Santa
[Alcublas], siguió la marcha pasaron por Segorbe y vinieron a parar en la
Vall de Almonacid en donde durmieron. El día
21 por la mañana salieron y fueron a descansar en la Alcora en donde
permanecieron hasta el 31 de marzo.[37]
Parece
que el viernes [1874 marzo 13]
llegaron los carlistas a Chelva con
objeto de reponerse del último descalabro [acción
de Minglanilla, del 9 de marzo].
“Las
Provincias” de Valencia, que se ocupa de este asunto, dice lo
siguiente:
Por
los puntos donde han pasado han dejado conocer el antagonismo que existe entre
las dos facciones de Cucala y Santés, acusando los individuos de la primera de
ellas a los de la segunda, de que por culpa de su cobardía fueron ellos
batidos, perdiéndose la batalla de las
cuestas de Contreras.
Esta
fue más sangrienta de lo que se creyó en un principio. El Cabriel [río] ha
arrojado a sus márgenes, en varios puntos, nueve cadáveres de carlistas, y
todos los días se están descubriendo estos horribles restos entre las breñas de
aquellos cerros inmediatos al sitio del encuentro. También mueren bastantes de
los heridos recogidos en los pueblos, y estos aumentan en número hasta el punto
que, habiendo dejado las facciones en Utiel
53, han ido llegando más, y anteanoche pasaban ya de 90 los que se estaban
curando.
Cucala
padecía tanto de su herida, que a poco de salir montado de Utiel dejose caer del caballo falto de fuerzas. Al llegar a Chiva
tenía el brazo muy hinchado.[38]
[1874 marzo,
mediados] Las
disensiones entre la partida Santés [José Santés y Murgui] y la de Cucala [Pascual Cucala Mir] crecen. Este odio se reveló
al llegar a Chelva las facciones.
Santés se había adelantado hasta aquel pueblo, del que ha hecho su cuartel
general, y se opuso a que entrase en él la facción Cucala, obligándola a
detenerse en las afueras hasta las diez de la noche, en que se le ordenó que
pasara al pueblecito de Calles.
Cucala, herido en una mano y en el antebrazo, entró en Chelva en
una camilla envuelto en una gruesa manta, y quedó en Chelva, de donde es de creer hayan marchado ya los carlistas al ver
que se aproximaban las tropas.
Según
las noticias de Utiel, en aquella
villa quedaban 91 heridos de las facciones, la mayor parte graves, pues todos
los leves habían marchado a Chelva.
Habían fallecido los días anteriores ocho o diez de los heridos. Estas cifras
indican las grandes pérdidas que tuvieron los carlistas en la acción del Gabriel [Contreras-Minglanilla, marzo 9].[39]
[1874 marzo,
mediados] Las
facciones de Santés y de Cucala han estado a punto de andar a tiros entre sí, porque
los segundos achacan su derrota a la
cobardía de los primeros.
Según
carta particular recibida ayer [1874
marzo 16] de Requena, al entrar
en dicha villa la columna o regimiento de Bailén, tuvieron parte de que estaban
los carlistas a media legua, en
un sitio llamado la Atalaya, a donde inmediatamente se dirigieron. Tuvieron una
fuerte refriega, de la que resultaron cuatro o cinco muertos y bastantes
heridos, de los cuales un
muerto y un herido fueron trasladados a Requena,
después de haber derrotado y dispersado a la partida. Esta se cree sea una fracción, de las
dispersas en el último ataque de Contreras [o acción de Minglanilla, del 9 de marzo].
Requena está siendo modelo de unión
y patriotismo.[40]
[1874 marzo 22] La partida del requeté o columna volante, como la llaman los carlistas, sigue
merodeando por los pueblos del partido de Requena,
habiendo entrado el domingo [1874 marzo
22] en Utiel.[41]
A finales de marzo de 1874, Santés otra vez en el Rincón de Ademuz...
[1874 marzo, finales] La facción Santés se ha
averiguado al fin que se encontraba en
Ademuz, pueblo confinante con las tres provincias de Valencia, Cuenca y Teruel.[42]
[1874 abril, 1 a 4] Dimos
ya cuenta a nuestros lectores del último movimiento de Santés, que le ha
ocasionado fuertes consecuencias. Abandonando sus guaridas en Chelva, el atrevido cabecilla
valenciano se adentró en las ásperas sierras del rincón de Ademuz [marzo, finales], y no pudiendo llevar allí su
caballería, de la que sólo le quedaban unos 200 malos caballos de tiro y
labranza, dispuso mandarlos a descansar a orillas del río Segorbe, escoltados
por las partidas de los cabecillas Corredor [José Corredor] y Sierra-Morena [Ramón Domingo]. El
martes último [abril 1] pasó esta
fuerza por Aras de Alpuente, de
donde salió precipitadamente a la noticia de estar próxima la columna de Weyler
[Valeriano Weyler y Nicolau]. Creyendo que este activo general subiría a la
sierra en busca de Santés, dispuso Corredor que el viernes [abril 4] último se alojara su fuerza en Segorbe, cuando a las seis
y media de la tarde se presentó de improviso Weyler, dispersando a la facción y
causándole 30 muertos, muchos heridos y 20 prisioneros.[43]
[1874 abril, 8 a 9] Acerca de la prisión del
comandante carlista de Sinarcas y su
asistente por la columna Calleja [brigadier Emilio Calleja Isasi], de que hemos dado noticia,
refiere una carta que al asistente le sacaron de unos haces de sarmientos,
prometiendo al brigadier guiarle para sorprender al requeté. Aquella misma noche salió, pues, en unión de dos
compañías y una sección de caballería en dirección a Lobos Gordos; pero nuestro
hombre, al estar con la tropa en el centro de un barranco, escurrió el bulto,
quedándose la tropa burlada, y avisando aquél a los mismos que iban a
perseguir.
Como
quiera que en todos los pueblos hay carlistas en más o menos número, cuando la
columna llegó a otro pueblecito cerca de Landete,
sorprendió a otros tres o cuatro carlistas, matando uno y cogiendo los demás
prisioneros; al regresar la columna otra vez a Sinarcas, ya tenían los carlistas nombrado nuevo comandante, que
también cayó en poder de las tropas con otros tres o cuatro, y matando otro, que
sin duda fue el que se escapó en el barranco.
Huyendo
sin duda de la quema, pasaron el viernes [abril
10] los del requeté por Caudete [de las Fuentes] en dirección a
Venta del Moro.[44]
Sinarcas. Iglesia de Santiago Apostol (escapadarural.com) |
Caudete de las Fuentes. Campanario (laspain.com) |
En
abril de 1874 el más importante jefe carlista en nuestra zona (con su cuartel
general casi permanente en Chelva), el edetano D. José Santés y Murgui, cae en
desgracia. Por noticias anteriores conocemos del enfrentamiento y diferencias
mantenidas, tras la “acción de Minglanilla” el 9 de marzo, con otro muy
importante cabecilla carlista, D. Pascual Cucala Mir (este último contaba con
el apoyo de su superior el general Manuel
Salvador Palacios). Desconozco si fue por este motivo, pero, en todo caso, fue acusado por los suyos de destrucción de vías férreas, malversación y latrocinio, y sometido a un consejo de guerra. Tampoco he conseguido saber del resultado de
este procedimiento, pero este personaje ya no aparece en todo lo restante es
esta III Guerra Carlista. Al finalizar la misma, marchó a Francia y, por lo visto, se dedicó a la
venta ambulante, muriendo en la miseria.
[1874 abril, de 20
a 23] El
armamento de la facción que mandaba Santés se compone de fusiles ingleses,
carabinas Minié y unos 1.000 Remington y Berdan, no hallándose, según parece,
escasos de municiones.
Vallés,
con parte de su fuerza y la de Santés, estaba anteayer en Manzanera y Arcos, y dos
batallones de Santés se hallaban el 21
[abril] en Chelva, habiendo
pedido 2.000 raciones de pan y 200 de pienso en Villar del Arzobispo.
Según
las últimas noticias, los carlistas de Valencia tienen en Puebla de San Miguel una brigada compuesta de dos compañías
formadas de viejos, y otras del requeté,
que guardan los prisioneros liberales.[45]
El
miércoles [1874 abril 22] penetraron
los carlistas en Chelva, como hemos
dicho. Eran 4 o 5.000 mandados
por Palacios, Vallés y otro jefe. Con estas fuerzas van las que mandaba Santés,
de las que Vallés [Francisco Vallés Roselló] se ha encargado mientras decide el consejo de guerra sobre
Santés.
Cuando
llegaron las facciones a Chelva, se
dio libertad a los 52 soldados que Santés cogió prisioneros junto al barranco
de Boquilla [cerca de Vallada] al apoderarse de los caballos de la requisa, que
desde Valencia enviaban a Madrid.
También se dio libertad al marqués de Valdeguerrero y su hermano.
Algunos
individuos de la facción Santés entraron en Campillos de Paravientos, habiendo sido apaleados por los vecinos
del pueblo, que les hicieron tres muertos y 10 prisioneros.[46]
[1874 abril,
finales] Segun
dicen de Chelva, cuando el cabecilla
Santés fue detenido por los suyos, se
le encontraron en la maleta veintitantos
mil duros, los que indudablemente serían
el producto de sus grandes
exacciones llevadas a cabo en los
pueblos de aquella comarca.[47]
[1874
abril, finales]
Decíase anteayer en Cuenca que se
hallaba en Cañete la facción Marco
de Bello [Manuel Marco y Rodrigo], compuesta de 3.600 hombres.
La
facción Marco, después de su excursión al partido de Cañete, parece dirigirse hacia Beteta.[48]
Ayer [1874 mayo 3] desde las ocho de la
mañana hasta las ocho de la noche reconoció el general Weyler [Valeriano Weyler
y Nicolau] con la columna de su mando los [pueblos] de Losa, Domeño, Loriguilla y Chinchilla [Chulilla], regresando a Villar del Arzobispo después, y viendo
que todas las partidas que recorrían dichos puntos y estaban en Chelva se han retirado hacia Alpuente y Rincón de Ademuz, efecto de
los movimientos hechos por la mencionada columna en estos días y del combate
sostenido el día 1º del actual.[49]
Dice
“La Iberia” de ayer:
Personas
llegadas de Chelva a Valencia
aseguraban que el domingo [1874 mayo 3]
por la mañana llegó a la primera población el general Weyler, habiendo huido en
dos distintas direcciones los carlistas que se encontraban allí [concretamente
hacia Alpuente y el Rincón de Ademuz].[50]
[1874
mayo, primeros] El
titulado gobernador militar de Chelva
ha publicado una comunicación al ayuntamiento de Utiel, pidiéndole la friolera de 8.000 duros y cuatro cargas de
alpargatas, que debería conducir a Aras
de Alpuente. La municipalidad de aquella población, ante lo excesivo de 1a
suma pedida, se ha negado a entregarla.
Varias
facciones reunidas en Villel han
pedido 3.000 raciones a los pueblos de Villastar
y Campillo, de la provincia de Teruel.[52]
Torre de Villastar (Archivo fotográfico Gobierno de Aragón) |
El Campillo. Iglesia de San Sebastián (teruelenimagenes.blogstop.com) |
[1874 mayo, de 10 a 16] La facción
que manda Monet [Manuel Monet Martel]** ***, compuesta de 2.000 a 2.500 hombres, después
de permanecer cinco días en Cañete, pasó el río Blanco [Turia o Guadalaviar] y el sábado [mayo 16] penetró en Chelva, desde donde pensaba dirigirse a Utiel. En Chelva fue vestida la mayor parte de la fuerza con uniformes
nuevos.[53]
**
Manuel Monet y Martel nació en Matanzas (Cuba). Perteneció al cuerpo de la
Guardia Civil donde llegó a ser comandante, hasta que en 1872, durante el
reinado de Amadeo I, y ya iniciada la III Guerra, se integró en el ejército
carlista (como un importante número de jefes y oficiales que así lo hicieron
también por aquella época, seguramente por no aceptar a este rey “foráneo”). En
1873 fue comandante general interino de Valencia. En enero de 1874, y siendo
comandante general de la División carlista de Valencia José Santés y Murgui, “Monet”
es coronel y manda el “Regimiento de Caballería del Cid” (400 baballos),
perteneciente a la “Brigada de Chelva” de dicha división. En abril de ese año
sustituye en su cargo al citado “Santés” como comandante general de la “División
de Valencia”. En julio también figura como jefe de la “5ª Brigada de Chelva” de
esa división. En febrero de 1875 es sustituido por Fernando Adelantado y
Burriel como comandante general de la “División de Valencia”. Es descrito por
la prensa de aquellos días como “alto, seco de carnes y mirada oblicua, de
pocas palabras y maneras bruscas”. A partir de entonces desaparece del mapa de
operaciones de la guerra en esta zona, habiendo dos versiones conocidas sobre
su destino: la versión de la prensa oficial fue que estaba “en tratos con los
alfonsinos para pasarse al enemigo”, por lo que fue sentenciado en consejo de
guerra y fusilado en mayo de 1875 en Alpuente; otra versión, ésta de la “Revista
de Historia Militar” del Servicio Histórico Militar y Museo del Ejército (1995),
nos dice que “Monet”, en 1875 era coronel jefe de Estado Mayor de la “1ª
Brigada de Cataluña” y que después “emigró y se residenció en París,
falleciendo en 1885. Creo más fiable esta última, pues la primera de la prensa
procedía de un “boca a boca” de los paisanos de la zona. En todo caso, a partir
de febrero de 1875 ya no hay referencias en la zona a este personaje.
*** Sobre las
referencias a Manuel Monet y Martel en esta zona, las primeras las encuentro a
mediados de mayo de 1874, cuando con sus fuerzas, compuestas de 2 o 2.500 hombres
que permanecían en Cañete (Cuenca), pasó el río Turia (Guadalaviar o Blanco);
una parte de estas fuerzas (sobre 300) se presentó en Utiel el día 15, y el día
16 ya estaba la facción en Chelva. En junio de 1874 “Monet” se instala en
Ademuz, desde donde exige fuertes contribuciones a los alcaldes de los pueblos
limítrofes (el 16 exige a Cañete 30.000 raciones). A finales de este mismo mes
de junio se encuentran en Ademuz las fuerzas de “Monet” con el ejército
carlista de los “infantes” D. Alfonso y Dª María de las Nieves y otras partidas
del Maestrazgo, con el fin de atacar Teruel o Cuenca (al final ambas fueron
atacadas). Tras el frustrado ataque a Teruel por los carlistas (3-7-1874), “Monet”
se une en Torrebaja a las fuerzas de D. Alfonso que mandaba del brigadier
Cayetano Freixa. Se dirigen estas fuerzas a Cañete, en dirección a Cuenca, con
el objeto de atacar esa capital, como así se efectuó el 15-7-1874 (“Saco de
Cuenca”). Tras la retirada de Cuenca de los carlistas, son interceptados y
disueltos en Salvacañete por el ejército gubernamental el día 19-7-1874: la
facción de “Monet”, que había sido reclutada casi en su mayoría en el Rincón de
Ademuz y pueblos de la sierra, según fuentes oficiales, llegó a ese punto
(Ademuz) muy “mermada y desmoralizada” (se hablaba de un 50% de bajas). El 3 de
agosto de 1874, la caballería de “Monet” (sobre 500 caballos) participa en un
nuevo intento por atacar a Teruel, donde de nuevo son rechazados los carlistas.
En septiembre “Monet” cae en desgracia y es acusado de crueldad y latrocinio,
por lo que es destituido, aunque inmediatamente rehabilitado, pues en noviembre
ya hay noticias de hacer incursiones en Utiel-Requena y La Mancha. El 21 de
noviembre de 1874 está “Monet” en Siete Aguas, con 1.500 hombres, donde recauda
4.000 reales. A mediados de enero de 1875 está situado en Ademuz, junto al
general “Lizárraga”, que estaba enfermo y convaleciente en esas fechas. En
febrero de este año es sustituido en Chelva por “Adelantado” como comandante
general de la División de Valencia. Ya no hay más noticias del personaje por
aquí.
Leemos en un colega
valenciano:
“De
Requena nos escriben con fecha del
sábado último [1874 mayo 16],
dándonos cuenta de la grande emigración que había en Utiel a causa de los atropellos cometidos por los carlistas. Eran
muchísimas las personas y familias de ideas liberales que se habían refugiado
en Requena y que venían a Valencia.
Parece,
en efecto, que a las siete de la mañana del viernes [mayo 15] se presentó en Utiel
una partida carlista de 300 hombres de la disuelta facción de Santés, sin jefe
conocido [Sin duda, alguna partida del coronel D. Manuel Monet y Martel, que sustituyó a Santés y que había quedado a cargo de su división (¿Joaquín Aznar, Miguel Lozano Herrero, Manuel Molina...?)]. Su primera disposición fue el cerrar la villa para que nadie pudiera
escapar; y hecho esto, pusiéronse a recaudar la contribución que tenían pedida.
Como
si esto no fuese bastante, cogieron a un concejal, y acompañado de cuatro
individuos de la facción, le hicieron recorrer casa por casa, exigiendo a cada
vecino una fanega de cebada o 26 reales. También se llevaron bastantes varas de
paño para uniformes.
También
querían llevarse en rehenes a algunas personas si no les entregaban 12.000
reales que les pedían a cada uno. Apenas se había marchado esta partida, cuando
se presentó otra, compuesta de 60 a 70 hombres, al mando de Roche [Ramón García
Montes] o Aznar [Joaquín Aznar], la cual siguió su marcha hacia Chelva”.[54]
Según
el “Mercantil
Valenciano”, unos 200 infantes carlistas y 20 caballos exigieron el
sábado [1874 mayo 16] en Utiel 200 fanegas de cebada y 3.000
rs., amenazando con llevarse en rehenes al alcalde y teniente alcalde si no se
les entregaba lo pedido, por cuya razón les fue todo entregado, saliendo
inmediatamente los carlistas hacia Chelva.[55]
[1874 mayo, mediados]
Escriben de Requena al “Mercantil Valenciano” que el cabecilla Monet [Manuel Monet Martel], que es el que ha reemplazado a Santés,
ha preso en Salinas del Manzano al
cabecilla secundario Valiente [José Valiente], apoderándose de 9.000 duros que éste tenía en su
poder. Otro cabecilla secundario, llamado Francisco Julián, de Priego, que
manda el grupo mayor de los dispersos de Valiente, ha escrito a Monet reclamándole la libertad de Valiente y los 9.000 duros que juntamente con éste
cayeron en poder de aquél; pero Monet le ha replicado que se le presente, pues
de lo contrario irá en su busca y lo prenderá como a Valiente, porque no quiere
que manden fuerzas los que, como ellos, no tratan más que de llenar sus
bolsillos.
También
le escriben que Valiente dejó a las señoras que llevaba en rehenes bajo la
custodia de 26 de sus hombres; que éstos tomaron el precio del rescate de aquellas,
36.000 rs. [reales], y las dejaron en libertad; pero que en vez de llevarle a
Monet, que estaba en Chelva, aquella
cantidad, procuraron evitar el encontrarle y se dirigieron hacia Segorbe.[56]
[1874 mayo, sobre
el 20] La
caballería carlista de Chelva ha
recibido nuevos uniformes, compuestos de chaquetilla amarilla y pantalón rojo.
A
Chelva ha llegado la partida Roche
[Ramón García Montes], y con ello se han aumentado hasta unos 3.000 los
facciosos que hay allí.[57]
[1874 mayo, finales]
Por el pueblo de
Sinarcas y los inmediatos merodean continuamente
grupos de las facciones de Chelva,
exigiendo contribuciones y raciones.[58]
… En mayo de este 1874 aparecen numerosos
cabecillas con diferentes partidas que actúan a lo largo y ancho de las
provincias de Teruel y Cuenca: Valiente, Pechuán, Lázaro,
Marco de Bello, Ladio, Megino y Monet, entre otros, realizan requisas,
reclutamientos forzosos y aprovisionamientos en cada pueblo que encuentran a su
paso. Monet concretamente, en el mes
de junio se instala en Ademuz; desde allí exigirá fuertes contribuciones a
los alcaldes de las poblaciones limítrofes, llegando incluso hasta Cañete,
donde solicitó [1874 junio
16] de sus autoridades 30.000 raciones de pan para sus
hombres, bajo amenazas de ataque.[59]
CRONICA DE GUERRA.
De Requena nos escriben, con fecha 6 del corriente [1874 junio], diciéndonos que aquel mismo día, a las ocho de la noche, había entrado la columna Calleja [Emilio Calleja Isasi]. El comandante de las facciones reunidas en Chelva, en número de 3.000 hombres, que es un tal Bonet [se refiere a Manuel Monet y Martel], ha pasado una comunicación al alcalde de Utiel exigiéndole la entrega de nada menos que 7.000 duros, y también que envíe a Chelva todos los sastres con el objeto de que cosan uniformes. El ayuntamiento no ha hecho caso des estas exigencias, porque verdaderamente no puede satisfacerlas.[60]
De Requena nos escriben, con fecha 6 del corriente [1874 junio], diciéndonos que aquel mismo día, a las ocho de la noche, había entrado la columna Calleja [Emilio Calleja Isasi]. El comandante de las facciones reunidas en Chelva, en número de 3.000 hombres, que es un tal Bonet [se refiere a Manuel Monet y Martel], ha pasado una comunicación al alcalde de Utiel exigiéndole la entrega de nada menos que 7.000 duros, y también que envíe a Chelva todos los sastres con el objeto de que cosan uniformes. El ayuntamiento no ha hecho caso des estas exigencias, porque verdaderamente no puede satisfacerlas.[60]
A mediados
de junio de 1874, tenemos a los jefes carlistas Marco de Bello (Manuel Marco y
Rodrigo) en Cañete, y a Monet (Manuel Monet y Martel) en el Rincón de Ademuz.
Este último exige contribuciones y raciones a los pueblos de alrededor,
incluido Cañete. Monet ocupa ahora el lugar del destituido jefe Santés, y como éste, tiene especial "querencia" por Chelva y Rincón de Ademuz (ambos puntos estratégicos en esta guerra).
Casi a finales de este mismo mes, y procedentes de Segorbe, y vía Chelva, la Yesa y Alpuente, se encuentran en el Rincón de Ademuz el ejército de D. Alfonso y Dª María de las Nieves con las fuerzas de Monet que permanecían en ese punto, junto a gran parte de las partidas del Maestrazgo, sin duda con el fin de atacar Teruel o Cuenca (dos opciones que se habían planteado).
Al final, ambas ciudades fueron atacadas, Teruel el 26 de junio y el 3 de julio, y Cuenca el 15 de julio, pero con distinto resultado, como se verá más adelante.
Casi a finales de este mismo mes, y procedentes de Segorbe, y vía Chelva, la Yesa y Alpuente, se encuentran en el Rincón de Ademuz el ejército de D. Alfonso y Dª María de las Nieves con las fuerzas de Monet que permanecían en ese punto, junto a gran parte de las partidas del Maestrazgo, sin duda con el fin de atacar Teruel o Cuenca (dos opciones que se habían planteado).
Al final, ambas ciudades fueron atacadas, Teruel el 26 de junio y el 3 de julio, y Cuenca el 15 de julio, pero con distinto resultado, como se verá más adelante.
[1874 junio, mediados]… Los
que siguieron al cabecilla [José Valiente] estuvieron algunos días guarnecidos en el
áspero terreno de la serranía de Cuenca,
sin dar señales de vida, hasta que recibieron orden de sus jefes para ir a Cañete, donde estaban Marco de Bello y
otros cabecillas con 4.600 hombres amenazando la capital, que se hallaba
desguarnecida…
A los
pocos días, al saber Marco la reconcentración de columnas en la ciudad [Cuenca], abandonó la provincia, internándose en Valencia por el Rincón de
Ademuz.
Habituadas las partidas del Centro a extender sus
correrías, algunos grupos enemigos no cesaron, durante el mes de junio de pasar y repasar los confines con las provincias de
Cuenca y Guadalajara, En ésta, los más audaces llegaron a los términos
judiciales de Brihuega y de Pastrana, y el cabecilla Mochón [Fernando del Olmo] visitó varios
pueblos del de Molina. En la de Cuenca fueron a Minglanilla 100 carlistas, mandados por un titulado teniente
coronel, quienes no pudiendo hacer efectivas 50.000 pesetas que exigieron al
ayuntamiento, se llevaron en rehenes al primero y segundo alcalde y a cuatro
mayores contribuyentes. Pocos días después [1874
junio 16], el cabecilla Monet pedía,
desde Ademuz, 30.000 raciones a Cañete, anunciando que las recogería al pasar por allí el rg
[regimiento], movimiento que no llegó á efectuar más que el batallón que le
servía de vanguardia, el cual, por Fuentelespino
de Moya, retrocedió el 21 [junio] al
Rincón de Ademuz, donde, a fin de
mes, se hallaban gran parte de las partidas del Maestrazgo, amagando
correrse a Castilla. Las autoridades militares de Cuenca y Guadalajara
replegaron a las respectivas capitales toda la fuerza de sus provincias,
dispuestas a obrar según lo aconsejasen las circunstancias. El Ministro de la
Guerra encarecía la necesidad de gran vigilancia en las avenidas de estos
territorios, y prevenía se le diera inmediato aviso de cualquier novedad, para enviar
socorros; pues aunque no tenía noticias concretas de los proyectos de las
facciones del Centro, sospechaba también que pensaban en tal excursión, y que
sería un número respetable de carlistas los que en ella tomaran parte.[61]
[1874 junio, mediados]… En el
mes de junio el cabecilla Monet desde Ademuz, exigía fuertes
contribuciones a los alcaldes de las poblaciones próximas. El día 16 solicitaba de las autoridades de
Cañete, 30.000 raciones de pan para
sus hombres, anunciando que las recogería cuando pasase por allí el día 19. Sin embargo no podía
realizar tal movimiento, excepto un batallón de su tropa que, desde Fuentelespino de Moya intentó conseguir
las raciones, pero que no pudo conseguir al llegar un destacamento de guardias
civiles de la zona.[62]
[1874 junio,
mediados] El
brigadier Iglesias [José de la Iglesia], gobernador militar de Cuenca, ha
sorprendido en Cañete a diez y siete
carlistas que había allí de guarnición, quedando todos prisioneros. Al mismo
tiempo ha recogido todos los prófugos de la actual reserva que allí se
encontraban.[63]
El
martes [1874 junio 16] salió de Requena la columna Calleja [Emilio Calleja Isasi] en dirección
a Utiel, llevando consigo los
rehenes que tomaron las columnas volantes en algunos pueblecillos inmediatos a
la segunda de dichas poblaciones. La marcha de la citada columna parece que era
debida a que las facciones de Chelva habían pedido a Camporrobles y Villargordo 3.000 raciones de pan y 1.000 de paja y cebada.[64]
PARTES TELEGRAFICOS
particulares de la agencia Carles.
Madrid 23 [1874
JUNIO], A las 4'40 madrugada.- (Vía cable Marsella).- Oficial.-
[1874 junio, entre
18 a 21] “Fuerzas
mandadas por el capitán general de Valencia sorprendieron a las facciones. D.
Alfonso, que se hallaba en Segorbe,
huyó con las fuerzas que allí tenía precipitadamente en dirección a Chelva”.[65]
Las
siguientes noticias son de “Las Provincias”, periódico
valenciano que hemos recibido hoy:
D.
Alfonso y su compañera doña Blanca [Alfonso
de Borbón y María de las Nieves de Braganza, su esposa (duques de San Jaime)] no
se han detenido en Chelva. El
domingo [1874 junio 21] marcharon a
esta población, principal nido del carlismo en aquellas montañas desde el
Villar, y de Chelva han pasado a Aras de Alpuente, internándose más y más en las escabrosidades de
las sierras, para ponerse al abrigo de las tropas o hallar fácil retirada por
sus desfiladeros.[66]
Alfonso Carlos y María de las Nieves, duques de San Jaime (requetes.com) |
Aras de los Olmos (clubrural.com) |
GUERRA CIVIL.
Las noticias que recibimos hoy de Chelva no
confirman que D. Alfonso y doña
Blanca [Alfonso de Borbón y María de las Nieves de Braganza, su esposa (duques
de San Jaime)] marchasen de aquella villa a Aras. Las últimas que se nos
dan aseguran que el martes [1874 junio 23] a medio día estaban en Chelva
aquellos personajes.
Había regresado a aquel punto la facción Monet el
lunes [junio 22], y además estaban allí las fuerzas que acompañan a los
citados príncipes: al todo seis batallones. El martes [junio 23] parece
que habían destacado tres de ellos al paso de la Salada y los otros tres a las
Peñas de Dios, buenas posiciones entrambas.
Las tropas del general Montenegro [Joaquín
Montenegro y Guitar], que salieron el martes de Liria, pernoctaron en Villar
del Arzobispo, y ayer seguían el movimiento.[67]
LA GUERRA CIVIL.
[1874 junio, sobre
el 23] Las
facciones de Valencia, al mando de D. Alfonso, continúan reconcentradas en Chelva.
No
comprendemos cómo el general Montenegro, que llegó casi a sorprenderlos en Segorbe [junio, entre el 18 y el 21], no ha logrado aún caer sobre este
núcleo de fuerzas, que tan acostumbrado está a ser derrotado al primer amago de
formal ataque. Confiamos en que no debe demorarse mucho la noticia de un
encuentro favorable para nuestras armas en la provincia de Valencia; encuentro
que probará a D. Alfonso la mala estrella que le guía desde el momento que puso
el pie en nuestra Península por segunda vez.
En
Requena y Utiel se esperaba una acometida de las facciones carlistas, que en
gran número se agrupaban en aquellas cercanías. Suponemos que el brigadier
Calleja [Emilio Calleja Isasi], que tiene el encargo de vigilar esta comarca, se opondrá a todas
las tendencias absolutistas y a los maquiavélicos planes de estas hordas, que
sólo sangre y luto llevan a la población objeto de sus ambiciosas miras.[68]
[1874 junio, sobre el 24] Los carlistas han salido de
Chelva hacia La Yesa o Ademuz, ignorando los montañeses de aquella parte el
objeto de sus excursión; mas parece cierto que Monet con dos batallones ha
marchado de aquella población [Chelva],
dejando tan sólo el pequeño destacamento que la guarnece y algunas docenas de
hombres que como reclutas, enfermos, etc., hay siempre en aquel centro de
administración carlista.
En Chelva continúa establecida la comisión
o consejo provincial, y se dice que han sido pocos los mozos que han acudido al
llamamiento del servicio militar en los reales ejércitos, hecho por sus jefes y
consejo. Algunos han redimido su suerte entregando los 6.000 rs. Fijados como
tipo de redención.[69]
Valencia, 27 [1874
junio].
El
miércoles último [junio 24] a las
once de la mañana llegó a Chelva el
general Montenegro con las tropas de su mando, sin que los carlistas se
atrevieran a oponerle resistencia.
D.
Alfonso y su gente salieron huyendo, que es como van siempre, y se dirigieron hacia
Alpuente y Yesa, llegando a este último punto.[70]
CRONICA DE GUERRA.
[1874 junio 24] Dícese que las facciones
ahuyentadas de Chelva se han
dividido para más fácil escape de sus príncipes [D. Alfonso y Dª Blanca]; que
estos abandonaron el distrito militar de Valencia, marchando rápidamente ante
las puertas de Teruel, de donde les
alejaron algunos cañones de la plaza, y que, según algunos, es de creer que
pasen a Cantavieja para refugiarse
en el Maestrazgo y estar próximos a las riberas del Ebro.
En
tanto el general Montenegro [Joaquín Montenegro y Guitar], según los diarios valencianos, dio alcance en La Yesa [junio 24] a las fuerzas que manda Vallés [Francisco Vallés Roselló], que sin duda quedaron protegiendo
la fuga de los príncipes, y batió allí a la facción, causándole 14 muertos y
quince o veinte prisioneros, retirándose los carlistas por aquellas sierras.[71]
[1874 junio, finales] Una vez
reorganizadas sus tropas, don Alfonso Carlos esboza una ofensiva doble sobre
dos objetivos poco guarnecidos: Teruel y
Cuenca. Esta maniobra supone la renuncia a uno de los principios de la
lucha guerrillera, no comprometer a la vez todas las fuerzas combatientes. Sin
duda, el mando carlista debió pensar que el riesgo merecía la pena.[72]
…
Acerca de las marchas que hicieron los carlistas antes de tomar la dirección de Teruel, escriben lo siguiente a un
periódico valenciano:
“El 24 [1874
junio] les atacó Montenegro en la
Yesa, causándoles algunos muertos; el
25 pernoctaron en Ademuz, Santa Cruz de Moya y otros lugares inmediatos, y el 26 siguiendo la cuenca del Turia, vinieron por
Villel y Villastar, y pasando por el término de Teruel, fueron a pernoctar en los pueblos de Villalba Baja y Tortajada,
situados a orillas del Alfambra
[río]”.
Ignórase
el paradero de D. Alfonso, hermano del Pretendiente; pues hay quien lo supone
en Cantavieja y otros creen que ha
vuelto a Chelva.[73]
El
MERCANTIL VALENCIANO inserta la
siguiente carta que su corresponsal de Teruel
le ha dirigido con fecha 26 [1874 junio],
y que por su importancia reproducimos íntegra. Dice así:
"Estamos
constituidos en estado de alarma. Digo alarma, porque la presencia muy cerca de
la capital [Teruel] de una respetable fuerza carlista que, según cálculos, ascendería a
tres o cuatro mil hombres, ignorándose la persona que la dirige, ha colocado todas
las fuerzas útiles de Teruel en
actitud resuelta de defenderse en un breve tiempo.
Aunque
a las once de la noche [junio 25] se
tuvo la noticia de la entrada en Villel,
pueblo distante cuatro horas de ésta, de una considerable partida carlista, sólo
sirvió para redoblar las guardias y aumentar la vigilancia. Pero sobre las doce
se oyeron algunos disparos de los vigías apostados en el trayecto del referido
camino, que anunciaban hallarse fuerzas carlistas a la distancia de poco más de
un kilómetro. En efecto, eran unos cuantos jinetes que venían por la carretera de Cuenca, que a la voz de
¡alto! ¡quién vive! habiendo contestado que voluntarios de Carlos VII, se les
hizo fuego por los expresados vigías que, reforzados después y continuado el
fuego, se retiraron en fuga, dejando una manta y una piel en poder de los
vigías. La noche en general se ha pasado tranquila hasta las seis de la mañana [26 de junio], hora en que los toques de cornetas y tambores anunciaban la proximidad del enemigo.
Ciertamente, desde el barrio de San Blas a la masía de la Santiaga (media hora de ésta), en dirección a Villalba Baja, se veía un largo cordón de hombres que cruzaba la carretera de Zaragoza, desde cuyo punto se bajaron a las huertas unos cuantos caballos, habiéndose cruzado algunos tiros sin otro resultado que un caballo muerto a los carlistas a unos 300 metros del portal de Zaragoza, frente a la misma puerta de la casa Misericordia, habiendo recogido ellos el fusil de un voluntario que vivía en un huerto, dos caballos y llevarse dos trabajadores que se hallaban en los huertos.
Otra sección carlista, que se dejó ver por el cementerio viejo, fue saludada por dos disparos de cañón, que habiendo reventado la bala segunda muy cerca, la hizo retirar sin esperar otro disparo. Son las once de la mañana [junio 26], y todas las fuerzas se hallan cubriendo el recinto llenas de ardor y entusiasmo. El gobernador militar, así como las autoridades todas, se halla recorriendo sin cesar la población y murallas. Las casas del comercio cerradas".[74]
Ciertamente, desde el barrio de San Blas a la masía de la Santiaga (media hora de ésta), en dirección a Villalba Baja, se veía un largo cordón de hombres que cruzaba la carretera de Zaragoza, desde cuyo punto se bajaron a las huertas unos cuantos caballos, habiéndose cruzado algunos tiros sin otro resultado que un caballo muerto a los carlistas a unos 300 metros del portal de Zaragoza, frente a la misma puerta de la casa Misericordia, habiendo recogido ellos el fusil de un voluntario que vivía en un huerto, dos caballos y llevarse dos trabajadores que se hallaban en los huertos.
Otra sección carlista, que se dejó ver por el cementerio viejo, fue saludada por dos disparos de cañón, que habiendo reventado la bala segunda muy cerca, la hizo retirar sin esperar otro disparo. Son las once de la mañana [junio 26], y todas las fuerzas se hallan cubriendo el recinto llenas de ardor y entusiasmo. El gobernador militar, así como las autoridades todas, se halla recorriendo sin cesar la población y murallas. Las casas del comercio cerradas".[74]
LA GUERRA CIVIL.
[1874 junio,
finales] En Teruel el estado de las facciones no
puede ser más amenazador; todo aquel distrito está plagado de carlistas, que
dirigen ávidas miradas hacia la capital y cometen al mismo tiempo exacciones
que azotan a los pueblos y alimentan esa cruenta lucha qua nos aniquila y
empobrece.
Teruel se apresta a la defensa; la guarnición
y vecindario se encuentran sobre las armas; pero no sabemos si estos medios
serán suficientes para desvanecer las ilusiones absolutistas. A media legua de
la población, y en el cerro llamado de Santa Bárbara, ha penetrado estos
últimos días una partida de caballería facciosa, que cruzó algunos disparos con
los vigías de avanzada. Se cree que estas fuerzas son parte de las que ha dejado
D. Alfonso al salir de Tortajada. A
dos leguas de esta misma capital se encuentran en Villastar hasta unos 60 caballos, que impiden la circulación de
toda correspondencia...[75]
[1874 junio,
finales] Cerraremos
nuestra reseña con algunas noticias que respecto al movimiento insurreccional
carlista de las demás provincias encontramos esparcidas en las columnas de
nuestros colegas:
“En
Arcos [de las Salinas], pueblo de la
provincia de Teruel y a doce horas de la capital, las facciones valencianas
tienen grandes talleres de armas, vestuario, correajes y otros equipos militares.
Apenas hay una casa que no esté ocupada con operarios.
Siguen
fortificando el Collado de Alpuente,
que sería muy fácil deshacer hoy y que después costará mucho”.[76]
[1874 junio,
finales] Los
carlistas se están fortificando en el Collado
de Alpuente, punto donde ya en la pasada guerra civil hubo en castillejo, y
que, próximo al rincón de Ademuz y
junto a la provincia de Teruel,
puede ser el sitio de reunión de los carlistas cuando las tropas les obliguen a
desalojar a Chelva. En el Collado podrán reunir con alguna
seguridad su material de guerra, las provisiones que saquen en las correrías a
los pueblos, sus enfermos y administración, si bien no podrán resistir el
ataque de una columna formal.
Para
levantar las fortificaciones del Collado
han impuesto a los pueblos de la comarca un servicio de trabajadores, a quienes
no pagan jornal, señalando a cada población el número de hombres que
diariamente han de concurrir. También les exigen una cantidad arbitraria de cal
para las obras.[77]
En
julio de 1874, el general Juan de Zavala de la Puente, Presidente del Consejo
de Ministros, toma directamente la dirección de la Guerra hasta septiembre. Se intensifican las operaciones contra los carlistas en la guerra.
Incluyo aquí fragmento de un interesante trabajo de
Miguel Romero Sáiz, con citas textuales del libro “Mis Memorias sobre nuestra Campaña en Cataluña en 1872 y 1873 y en el Centro en 1874” de Dª María de las
Nieves de Braganza y Borbón (conocida como Dª Blanca).
Reproduzco parte del relato de Dª Blanca, que detalla la expedición mandada conjuntamente con su esposo D. Alfonso de Borbón, y que desde Aras de Alpuente, pasa por Santa Cruz de Moya, Casas Bajas, Casas Altas, Ademuz, y siguiendo el valle del Turia, por Torrebaja, Libros, Villel y Villastar, llega a las puertas de Teruel el 26 de junio de 1874:
Reproduzco parte del relato de Dª Blanca, que detalla la expedición mandada conjuntamente con su esposo D. Alfonso de Borbón, y que desde Aras de Alpuente, pasa por Santa Cruz de Moya, Casas Bajas, Casas Altas, Ademuz, y siguiendo el valle del Turia, por Torrebaja, Libros, Villel y Villastar, llega a las puertas de Teruel el 26 de junio de 1874:
[1874, junio 23 a julio 12] El martes 23 de junio [don Alfonso y doña Blanca] emprendieron
su marcha hacia el interior… Se dirigieron hacia Aras de Alpuente, por un terreno muy árido, completamente
montañoso, con piedras y rocas, encontrando campos sin apenas vegetación
alguna. En sus apuntes de campaña, doña Blanca nos cuenta esa marcha y sus
consecuencias:
“De tanto en tanto encaramado entre las rocas y
distinguiéndose a expensas de ellas la piedra, se apercibían algunos míseros
pueblos y mi pregunta era siempre la misma en estas condiciones, ¿sentirán
estas gentes la necesidad de alimentarse como habitantes de aquellas tristes
chozas, igual que los demás seres humanos y de qué lo harán?
Llegamos a un estrecho valle donde se juntan las
tres regiones de Valencia, Aragón y Castilla. Pasamos después por tierras más
ricas en cultivo y luego otra vez, campos sin casi vegetación. El primer pueblo
que nos encontramos, ya de Castilla, se llamaba Santa Cruz de Moya. Estaba en un lindo valle y con mucha
vegetación, sin embargo pasamos al lado y no lo tocamos. Llegamos por la tarde
a Aras de Alpuente, zona de
Valencia, todavía un terreno más árido y triste. Continuamos largas jornadas y
el sol despiadadamente echó sus rayos ardientes sin encontrar una gota de agua
a lo largo de mucho trecho. Las gentes vivían en especies de cuevas y se podría
decir que son almas en pena, que Dios puso allí para expiar sus pecados en
estos sitios de desconsuelo. Qué gran diferencia entre esta mísera zona y
Cataluña, con sus grandes pueblos. Después de día y medio llegamos a Casas Bajas y al lado Casas Altas, donde hay buena vegetación
y cerezas, muchas cerezas que sus habitantes nos ofrecían a pesar de estar
ellos muertos de hambre. ¡Qué bondad la de aquella gente!...”.
Las
tropas marcharon hacia Ademuz, allí
se descansó [junio, 24 o 25] y don Alfonso esperó a recibir noticias sobre la situación y
movimientos del enemigo, para así decidir el ataque a Cuenca o a Teruel.
Después de larga deliberación pensaron dar la preferencia a Cuenca y un poco antes de acostarse, el
propio infante le decía en oración a su esposa: “Ruego a Dios nos conceda una u otra empresa porque necesitamos dar un
golpe de importancia: pero sobre todo no hacer lo que otros, es decir, pasarse
a derecha e izquierda sin hacer nada”.
A las
tres de la mañana don Alfonso mandó buscar a su apreciado amigo Villalaín y éste
acababa de recibir noticias de las tropas enemigas, entendiendo que estaban más
cerca de Cuenca, por lo que se
cambiaron los planes previstos, decidiendo
atacar Teruel.
Iniciaron
su marcha desde Torrebaja a Libros
después de pasar por estrechos y cauces del río Guadalaviar [Turia]. De Libros
a Villel donde descansó la tropa
carlista...
… A las
dos de la mañana se encontraban al lado
de Teruel [junio 26], viendo las escasas luces que a esas horas tenía
la ciudad. Según el plan previsto había que atacar por la zona del cementerio, sin embargo, los guías equivocarían al sitio, aunque D. Alfonso decidió atacar sin esperar a modificar el plan. Sin embargo, la equivocación les despistó y les hizo vadear varias veces el río seco que limita la ciudad. Cuando se dieron cuenta. el ejército estaba cansado y había amanecido. Ahora tenían Teruel a su derecha. El plan de D. Alfonso había fracasado, por lo que hubo que esperar a realizar una nueva decisión de ataque...
...El 3 de julio de este mismo año, el ejército carlista dirigido por don Alfonso se volvió a presentar en Teruel. Aquel ataque no produjo el efecto deseado...
...El 3 de julio de este mismo año, el ejército carlista dirigido por don Alfonso se volvió a presentar en Teruel. Aquel ataque no produjo el efecto deseado...
…
Fracasado el ataque a Teruel [3 de julio], el 12 de julio de 1874, el Ejército Carlista del Centro, dirigido
por los infantes de Borbón llegaba a la
ciudad de Cuenca con el objetivo de realizar su conquista.[78]
Para ampliar el tema sobre la Expedición de los Infantes desde Chelva a Teruel por el Rincón de Ademuz, se puede consultar el siguiente enlace sobre una publicación mía: https://contandohistoriasdeaqui.blogspot.com/2023/07/ano-1874-finales-de-junio-iii-guerra.html
Casas Bajas (cadenaser.com) |
Casas Altas (consorciovalenciainterior.com) |
Libros (foto de Alfredo Sánchez Garzón) |
Teruel. Convento de San Francisco (patrimonioculturaldearagon.es) |
El 3 de
julio de 1874 es atacada la ciudad de Teruel por importantes fuerzas carlistas,
al mando de los infantes Alfonso y María de las Nieves, contanto además con las
de Marco de Bello, y otras. Teruel no llega a ser ocupada y se retiran de la
plaza, con dirección Rincón de Ademuz, con el fin de atacar Cuenca.
LA DEFENSA DE
TERUEL.
Cuando
en recientes artículos demostrábamos la necesidad del inmediato armamento de la
milicia no creíamos quo los hechos acudieran tan perentoria y elocuentemente en
apoyo de nuestras palabras. No esperábamos, no podíamos esperar que un suceso
importantísimo, que una defensa heroica mostrara con tan grande oportunidad a
amigos y adversarios que la verdadera afirmación en contra del carlismo y la
fuerza para combatirle y vencerle
se encuentra, como repetidas veces hemos dicho, en la República y en el pueblo
republicano.
Teruel ha sido atacada [1874 julio 3] por numerosísima
facción. Sorprendida a la mitad de la noche, vio en poder del enemigo algunas
de sus casas. Pero en Teruel
continuaron organizados y armados los antiguos Voluntarios de la República, y
unidos a una pequeña fuerza de guardia civil, repuestos de la sorpresa, al
grito do viva la República, rechazaron al enemigo. Ni uno solo do los carlistas
que penetraron en la ciudad logró salir de ella. Gran número de muertos y
doscientos prisioneros acreditan el heroísmo de los Voluntarios de Teruel en tan rudo combate...[79]
[Carlos VII relata la III Guerra]: “El 3 de julio de 1874 el ejército carlista se presentó ante Teruel. Aquel ataque no produjo el
efecto deseado. Por desgracia o por equivocación, no se dio la orden a las
compañías que estaban dentro de la plaza, y aisladas y cortadas enseguida por
el enemigo, se defendieron bravamente hasta la madrugada en que, viéndose sin
salida posible, tuvieron que rendirse.
Aquel revés provocó que [mi hermano D. Alfonso] destituyera al general
Marco [Marco de Bello], el cual fue sustituido por el brigadier Gamundi
[Isidro Pascual Gamundi]”.[80]
Tras el frustrado ataque a Teruel el 3 de julio de 1874, los carlistas deciden actuar sobre la ciudad de Cuenca (la otra opción que se había valorado a finales de junio). El camino es cómodo y fácil, a través del Rincón de Ademuz y Cañete, directamente a las puertas de Cuenca, además teniendo en cuenta que en el Rincón tendrían apoyos suficientes. Las tropas que mandan D. Alfonso y Dª María de las Nieves, pasan por Torrebaja. Su jefe de mando es el brigadier Freixa [Cayetano Freixa y Puig], y a estas fuerzas se unen las de Monet (cuyo cuartel general estaba en Chelva). A éstas se une las de Angel Casimiro Villalaín y Pascual Cucala Mir, formando un importante ejército para atacar Cuenca, vía Cañete.
Según otras publicaciones, las fuerzas mandadas por los infantes D. Alfonso y Dª María de las Nieves, se retiraron de Teruel a Mora de Rubielos, y por Sarrión, Manzanera y Arcos de las Salinas, llegaron a Chelva, desde donde partieron al Rincón de Ademuz, y desde allí a Cuenca.
En mi opinión es más factible la primera versión, o un intermedio de las dos: que parte del ejército carlista fuera directamente al Rincón de Ademuz, y otra acudiera al mismo punto desde Chelva, como partida hacia la ciudad de Cuenca.
Es bastante lógica esta interpretación y la más probable, creo yo.
Por esas fechas (entre primeros y mediados de julio), en Requena se extreman las precauciones, pues prevén otro nuevo intento de ataque a la ciudad. No fue así, pues las vistas de los carlistas estaban puestas esta vez en Cuenca capital.
Medalla conmemorativa Defensa de Teruel 3-7-1874 (turoliense.bolgspot.com) |
Tras el frustrado ataque a Teruel el 3 de julio de 1874, los carlistas deciden actuar sobre la ciudad de Cuenca (la otra opción que se había valorado a finales de junio). El camino es cómodo y fácil, a través del Rincón de Ademuz y Cañete, directamente a las puertas de Cuenca, además teniendo en cuenta que en el Rincón tendrían apoyos suficientes. Las tropas que mandan D. Alfonso y Dª María de las Nieves, pasan por Torrebaja. Su jefe de mando es el brigadier Freixa [Cayetano Freixa y Puig], y a estas fuerzas se unen las de Monet (cuyo cuartel general estaba en Chelva). A éstas se une las de Angel Casimiro Villalaín y Pascual Cucala Mir, formando un importante ejército para atacar Cuenca, vía Cañete.
Según otras publicaciones, las fuerzas mandadas por los infantes D. Alfonso y Dª María de las Nieves, se retiraron de Teruel a Mora de Rubielos, y por Sarrión, Manzanera y Arcos de las Salinas, llegaron a Chelva, desde donde partieron al Rincón de Ademuz, y desde allí a Cuenca.
En mi opinión es más factible la primera versión, o un intermedio de las dos: que parte del ejército carlista fuera directamente al Rincón de Ademuz, y otra acudiera al mismo punto desde Chelva, como partida hacia la ciudad de Cuenca.
Es bastante lógica esta interpretación y la más probable, creo yo.
Por esas fechas (entre primeros y mediados de julio), en Requena se extreman las precauciones, pues prevén otro nuevo intento de ataque a la ciudad. No fue así, pues las vistas de los carlistas estaban puestas esta vez en Cuenca capital.
A
principios de julio [1874] pasan por Torrebaja las tropas de D.
Alfonso de Borbón y Doña Blanca, llevando como jefe de mando al coronel
Freixas [Cayetano Freixa y Puig]. Consigue éste que se les una la división de Monet [Manuel Monet Martel],
llamada de Valencia, formada por dos brigadas, la de Játiva y la de Chelva, que se encontraba en Ademuz; más tarde, también los siete
batallones de Villalaín [Angel Casimiro Villalaín] y Cucala [Pascual Cucala Mir]. Con todos estos hombres pasan por Cañete en dirección a Cuenca, para su conquista. Se lleva a cabo ésta del 15 de julio, y la ciudad queda totalmente devastada con numerosos
muertos por las calles y un elevado número de prisioneros.[81]
[1874 julio, primeros]… En
los primeros días de Julio quedaron
interrumpidas las comunicaciones de
Cuenca con el límite de Valencia, y se recibieron avisos de que numerosas
fuerzas enemigas habían atravesado el confín y estaban en Cañete. Eran las capitaneadas por D. Alfonso, a quien acompañaba su
esposa Dª María de las Nieves, conocida por Dª Blanca en el ejército liberal,
el cual llevaba como jefe de Estado Mayor al titulado general Freixas [Freixa], y
contaba con una división llamada de Valencia a las órdenes de Monet,
constituida por dos brigadas, la de Játiva y la de Chelva…[82]
El
día 8 [1874 julio] a las cinco de la
tarde, según noticias oficiales, entró en Teruel
la columna del brigadier Iriarte, habiendo salido a recibirla el gobernador,
acompañado de las demás corporaciones y voluntarios. El pueblo recibió a dichas
fuerzas con entusiasmo indescriptible...
Dicen
de Valencia [1874 julio 12]:
“Estos
días circulan por nuestra ciudad algunos vendedores que, por bajo mano, colocan
entre la gente aficionada a los carlistas billetes de la rifa de un cerdo cuyos
productos se destinan al hospital que los facciosos tienen en Chelva. Los billetes llevan además un
sello que dice: Ejército real de
Valencia.- E.M.
Estos
carlistas lo entienden.
En
vez de tomar un trimestre de contribución, lo cual es comprometido, se dedican
a sacar el dinero por medios pacíficos.
Con
este sistema no se perjudica más que a los tontos.[84]
En Cañete (Cuenta) entró el 9 [1874 julio] una fuerte partida carlista.[85]
[1874 julio, del 9 al 13] Los periódicos valencianos que ayer [julio 13] recibimos, dicen que el rigor de los carlistas para con
las poblaciones en que tienen entrada libre va en aumento, y crecen de día en
días sus exacciones. En algunos pueblos se han llevado a los padres de los
mozos de la reserva que ingresaron en caja y a las familias de los Voluntarios
movilizados. A un pobre muchacho, a quien cogieron con un pliego, le impusieron
la bárbara pena de 50 palos, y se ejecutó tan cruelmente, que quedó con
numerosas heridas en la cabeza y cuello.
En Requena se toman grandes precauciones
para tener a la población a cubierto de una tentativa parecida a la de Teruel y se están mejorando cada día
las fortificaciones al paso que se ejerce una gran vigilancia.
En “Las
Provincias” de Valencia, que ayer [julio
13] recibíamos encontramos las siguientes noticias:
“Las
autoridades de Requena, con el
objeto de impedir el que allí ocurra algo parecido a lo de Teruel, han dado una orden para que todos los segadores forasteros
salgan de la ciudad durante la noche y que las personas que reciban huéspedes
los presenten durante la misma en prevención. También ha dispuesto el coronel
de Voluntarios D. Nicanor Sánchez, que entre más fuerza de servicio durante la
noche, a causa de lo cual son cuatrocientos hombres los que acuden a las
murallas.
…
también se nos hacen grandes elogios del alcalde la población, Sr. Pérez, el
cual, durante la permanencia de las tropas en Requena ha hecho cuanto le ha sido posible para que los vendedores
no abusen, sacando a los soldados mucho más de lo que valían los artículos”.
En “Las
Provincias” de Valencia, que
ayer [julio 13] recibíamos
encontramos las siguientes noticias:
“Es
bien triste la situación de algunas comarcas situadas en los confines de Aragón y Valencia, donde
los carlistas han montado a su manera las administraciones de correos,
expendiendo sellos con el busto del pretendiente, que cobran a buen precio. En
estas comarcas no se da circulación a las cartas que sólo llevan sellos
legales, y parece que el Gobierno tampoco circula las que tienen como franqueo
sello carlista, ni éstos comunicarse con el resto del mundo, pues unos y otros
no tienen los sellos del país enemigo”.
En los
centros oficiales se ha dicho ayer tarde [julio
13] que una facción carlista amenazaba Cuenca,
con cuyo motivo han salido esta mañana algunas fuerzas para dicho punto.
El
gobernador de Teruel dice con fecha
de anteayer [julio 12] por
telégrafo, que no ocurría novedad en la capital.
La
facción Segarra [Tomás Segarra y Verges] pidió anteayer [julio 12] raciones en Rubielos.
En Ademuz hay
otra partida.[86]
[1874 julio 12] En los círculos políticos se ha
dicho ayer tarde que D. Alfonso y su esposa doña Blanca se hallaban al frente
de las facciones que amenazaron a Cuenca.[87]
El día
15 de julio de 1874, los carlistas toman la ciudad de Cuenca. Este
enfrentamiento es conocido como el “Saco (o saqueo) de Cuenca”. No se toma la
plaza con la intención de conservarla, más bien para obtener importantes
recursos y prestigio para el ejército carlista por la ocupación de una capital
de provincia. En efecto, se consiguieron ambos objetivos.
[Carlos VII relata la III Guerra]: “Para levantar la moral del
ejército mí hermano [D. Alfonso] decidió tomar la ciudad de Cuenca. El 12 de julio [1874] se presentaron los Reales Ejércitos Carlistas
ante dicha ciudad. Junto al ejército comandado por mí hermano se unió el de
Cucala. La toma de Cuenca [del 12 al 15 de julio] fue la victoria
más importante del ejército carlista desde que mi hermano cruzara el Ebro. La
derrota de Teruel quedó olvidada
ante ejemplar triunfo. En el devenir de la batalla murió el comandante Julio
Segarra, dos oficiales zuavos, un teniente de la artillería y 24 voluntarios. El
bando liberal no resultó menos dañado, y así se contabilizaron dos oficiales
muertos y 22 soldados. La importancia de la conquista de Cuenca se puso de manifiesto poco después, cuando toda una serie de
historias y anécdotas recorrieron el país de Norte a Sur y de Este a Oeste. Los
grandes perjudicados fueron mi hermano y cuñada [D. Alfonso y Dª María de las
Nieves (conocida como Dª Blanca)], a los cuales se les acusó de saqueadores,
violadores y ladrones. Nada pudo hacer callar al bando liberal en sus ataques
encarnizados contra ellos. Si bien es cierto que supuestamente habían sido
algunos de mis soldados los autores de dichas atrocidades, se les culpó por
haber dado su aprobación con relación a dichas atrocidades.
Después
de la toma de Cuenca mí hermano decidió
marchar a Chelva [julio 15]. Allí
reorganizó los ejércitos del Centro. Así pues, confirió el mando de Aragón a
Pascual Gamundi y el mando de Cuenca y Guadalajara a Angel Casimiro Villalaín”.[88]
PARTE POLITICA.
Madrid, 19 de julio
de 1874.
...Como
otras ciudades, Cuenca ha sido
atacada, cañoneada, en parte incendiada, los soldados de su guarnición, que
formaban en sus filas, por obediencia a las leyes del país, han sido diezmados,
todos los horrores de la guerra han sido promovidos allí por los carlistas, no
porque se hagan la ilusión de que pueden poseer a Cuenca siquiera un mes o dos semanas, no porque traten de avanzar
su línea militar, no por razón alguna de las que determinan las operaciones de
un ejército beligerante. Los carlistas saben, por una experiencia de 47 años,
que no pueden establecerse en ninguna capital de provincia, siquiera sea de
tercera clase; que sus huestes no pueden vivir sino en los riscos y en las
breñas; que sus batallones no pueden acometer las empresas militares y políticas
que con muchísima menos fuerza numérica realizarían los que estuviesen al
servicio de cualquiera otra idea. A Cuenca
ha ido el hermano del Pretendiente [D. Alfonso], como fue Saballs a Igualada y
otros a otros puntos: a emplear todos los medios posibles de destrucción con el
exclusivo objeto de aprovechar unas pocas horas de ocupación en sacar
violentamente contribuciones. El carlismo llega a las ciudades como a los
ferrocarriles, a las carreteras, a los telégrafos, solamente para destruir y
destrozar. En cualquiera otra guerra se vería a los beligerantes disputarse los
pueblos y los medios de comunicación, para conservarlos en su poder; los
carlistas no ponen empeño sino en su destrucción.
Cuando
ayer 18 [julio] leíamos en la “Gaceta”
qué el general Soria Santa Cruz [Federico de Soria Santacruz y Resa] aseguraba
que Cuenca seguía resistiéndose,
dijimos que nos inclinábamos a lo peor, y esta vez, como otras, hemos acertado,
puesto que el diario oficial de hoy dice ya lo siguiente:
“El general Soria Santa Cruz, en
despacho de ayer, manifiesta que por un cabo de la Guardia civil fugado de Cuenca ha sabido que el 15 del actual [julio], a las dos de la
tarde, se entregó la ciudad, siendo conducidos los prisioneros a Chelva”.
Los carlistas no querían entrar
en Cuenca para conservarla, sino
para causar daños y obtener recursos, sistema de guerra que deploramos, tanto
como la mala fortuna de los jefes que no llegan a tiempo.
Podríamos
dar algunas noticias que circulan acerca de lo ocurrido en Cuenca, y en verdad que no serían lisonjeras para los carlistas
invasores; pero el decreto de la “Gaceta” es terminante, y como dice “El
Imparcial”, tenemos la obligación de ignorar los pormenores de esa desgracia
para la causa liberal.[89]
Según
noticias, la expedición de don Alfonso de Borbón y sus facciones a Cuenca [1874 julio, mediados], se hizo desde Mora [de Rubielos] por Sarrión
y Manzanera y Arcos [de las Salinas] a Chelva,
y desde aquí a Ademuz, Mira, Cañete y Cañada [del Hoyo]
a Cuenca. Después quisieron ir a Requena, pero desistieron al saber la
llegada de la columna Soria Santa Cruz.[90]
LA
ACCION DE SALVACAÑETE. Tras la toma de Cuenca el 15 de julio de 1874, se
retiran las tropas carlistas al que sigue siendo su cuartel general de Chelva,
vía Rincón de Ademuz, por lo visto. Llevan consigo a los prisioneros hechos y
el botín de sus requisas. Llegan a Cañete, de donde parten el día 18 hacia la
citada Chelva. Pero son interceptados por las tropas gubernamentales que mandaba el brigadier Victoriano López Pinto, en Salvacañete, y tras duro combate (incluso dentro de la población) el día 19,
son dispersados y liberados los prisioneros que llevaban (se habla de unos 700
prisioneros según unas fuentes, y unos 480, según otras).
Las
fuerzas carlistas, tras esta acción, se dispersan hacia el Rincón de Ademuz y
el Maestrazgo, para volver a confluir en Chelva posteriormente, al parecer, con
una muy buena parte del botín obtenido en Cuenca. Los prisioneros que llevaban, ya habían
sido liberados.
La
facción de Monet (Manuel Monet y Martel), que había sido reclutada en su
mayoría en el Rincón de Ademuz y pueblos de alrededor, tras esta acción de
Salvacañete, llegó a Ademuz muy mermada.
[1874 julio 16. Tras la Toma de Cuenca por los
carlistas el 15]… Mientras la ciudad [Cuenca] recibía a los soldados del gobierno, como pastos de las
llamas, en ruinas muchos de sus lienzos amurallados, con muchos muertos sin
sepultar, niños llorando por las calles y una población diezmada no más de
diecisiete mil habitantes, la peregrinación carlista hacia Chelva seguía su camino. La marcha era lenta, demasiado lenta por
los numerosos prisioneros, muchos de ellos en malas condiciones físicas, con
escasos alimentos y mal calzados por los días de sitio sufridos. Superaban los
700 los que formaban esta cuerda. Los conducidos hacia el Rincón de Ademuz eran soldados pertenecientes a todas las armas,
voluntarios de la capital y jefes y oficiales de la plaza. Además de los
soldados iban voluntarios, civiles y algunos vecinos rebeldes. Junto a ellos,
varios carromatos cargados de armas, municiones, alimentos, algunas obras de
arte; las piezas de artillería y numerosos caballos requisados, daban vida a un
convoy que tendría que atravesar por campos polvorientos y rocosos, un largo
trecho hasta llegar a su destino: el cuartel general de Chelva.[91]
[1874 julio, mediados] Los
prisioneros que conducían las tropas carlistas desde Cuenca a Chelva, habían salido el 16-7-1874 de la capital [Cuenca]. Después de llegar a Cañete y descansar un breve tiempo,
saldrían el 18 hacia su cuartel
general [Chelva] cuando muy cerca de
la salida fueron sorprendido por la Columna de operaciones de
Aragón comandada por el brigadier López Pinto [Victoriano López Pinto],
entablándose un duro enfrentamiento en las inmediaciones y posteriormente
en el mismo pueblo de Salvacañete y
consiguiéndose liberar a todos los prisioneros.
“La Gaceta” de fecha
23 de julio, en un suplemento
especial, daba cuenta del suceso en los siguientes términos:
"Teruel, 20 de julio de 1874. La brigada de mi
mando obtuvo en la mañana de ayer [julio
19] en Salvacañete,
provincia de Cuenca, una importantísima victoria sobre gran parte de las
facciones de D. Alfonso que custodiando 700 prisioneros de todas las
armas e institutos hechos en la toma de Cuenca, se hicieron fuertes en dicho pueblo, logrando
rescatar a todos ellos, derrotando completamente al enemigo, causándole muchos
muertos, bastantes prisioneros, entre ellos siete jefes y
oficiales, y el principal que mandaba aquella, el barón de
Benicarló, cogiéndole armamento, municiones y caballos, efectos de
guerra y bandas militares. Con todos, he regresado a ésta para
cumplimentar orden superior del Excmo. Señor capitán general.
Las fuerzas a mi mando han
practicado esta operación con muchísimo arrojo y serenidad, que se
necesitaba parta llevar a cabo tan difícil empresa, sin que
peligrar la vida de nuestros prisioneros.
No tengo palabras
bastantes con que manifestará V.E. la conducta observada por
tan bravos y sufridos soldados; bástele saber que obtuvieron
este importante resultado después de 22 horas de marcha sin
descanso, por medio de las sierras de
Albarracín y Valdelucal [¿Valdemeca?],
y tres días de carecer absolutamente de raciones, pues sólo en Salvacañete pude conseguir
un pan por cada diez soldados.
Hechos de esta
magnitud y trascendencia la superior ilustración de V.E. lo
apreciará debidamente, comprendiendo que si con honra sucumbió Cuenca, tengo el grandísimo honor
de que la brigada a mis órdenes, arrebatando al enemigo todos los
prisioneros, le arrancará el principal laurel adquirido en aquella desgraciada
jornada."
Con el enfrentamiento victorioso y rescate de los
prisioneros -continúa diciendo La Gaceta- por las tropas liberales
del brigadier López Pinto, en Salvacañete,
se daba un extraordinario golpe de gracia al desarrollo del conflicto.
Analizando las verdaderas causas de este triunfo podremos valorar más su
importancia. Por una parte las fuerzas Isabelinas [Republicanas o
Gubernamentales, en todo caso, Isabelinas, ya no podían ser] debieron
moverse por las fragosidades montañosas del Maestrazgo, de la Sierra de Albarracín y de la Sierra de Cuenca, permitiendo llegar por
sorpresa a las proximidades de Salvacañete. Por otra
parte, el ejército carlista tenía muchas dificultades para sus movimientos
por el elevado número de prisioneros y carros de material que
transportaban. Si a todo esto le añadimos la confianza que las
propias fuerzas carlistas tenían en sí mismas después de su paso
triunfal por Cuenca, entenderemos el
resultado final de su derrota en Salvacañete.
En la documentación municipal de Cuenca aparece un
telegrama de López Pinto [Victoriano López Pinto] al Ministro de la Guerra [Fernando Cotoner y Chacón] dándole
conocimiento de su victoria sobre los carlistas en Salvacañete:
"El 20 de julio de 1874, obtuve en Salvacañete una victoria
sobre parte de las tropas carlistas de D. Alfonso que custodiaban a
700 prisioneros de todas las armas y se hicieron fuertes en
el pueblo de Salvacañete, lográndose
rescatar a todos ellos, causando leal enemigo muchos muertos y bastantes
prisioneros, entre ellos 7 jefes y oficiales. La victoria se obtuvo
después de 22 horas de marcha sin descanso".
Aunque la victoria fue completa, parte de las tropas
de vanguardia lograría escapar junto a los infantes y varios de los
jefes principales. Como vieron que era imposible vencer a López Pinto y
recuperar a los prisioneros, continuaron viaje a Chelva donde llegaron el 29
de julio, a las cuatro de la tarde. Posteriormente saldrían de Chelva en tres direcciones
distintas, una de ellas Teruel a la
que querían sorprender como hicieron en Cuenca
"En Chelva han demostrado
los carlistas lo mucho que han robado en la desgraciada Cuenca, puesto que simples individuos llevaban en
sus cintos 10 y 14.000 reales en oro y plata. Su dirección era Teruel, a la que
pretendían sorprender al igual que lo habían hecho en Cuenca."
La acción de
Salvacañete va a ser muy importante y trascendental para elevar
la moral de las tropas liberales y a su vez, mermar a las carlistas
que, hasta ese momento se habían salido victoriosas de nuestras tierras
en la última parte del conflicto. Fue una acción de estrategia militar, conseguida
a fuerza de sorpresa y de una desesperada marcha, sin descanso desde
tierras aragonesas hasta llegar a la raya fronteriza entre reinos,
donde lo intrincado del terreno facilitó el éxito.
Salvacañete padeció un duro y encarnizado enfrentamiento
en sus calles, algunos edificios fueron incendiados como consecuencia de
su tenaz resistencia. Los habitantes, que habían padecido jornadas
anteriores, las devastadoras correrías de las tropas carlistas afincadas
en Cañete e incluso el
ajusticiamiento en la plaza pública de alguno de sus habitantes,
aprovecharían el momento para colaborar con las fuerzas de López Pinto a
las que suministraron raciones de pan, un pan para cada diez soldados.
En algunos edificios de Salvacañete
aún puede verse en el momento de esta investigación, febrero del 2002,
las huellas de aquellas jornadas del año 1874 cuando los carlistas
fueron vencidos aquí por las tropas del brigadier López Pinto. Los tablones de
los tejados están negros e incluso en alguna casa que no han reformado la
cámara pueden verse las huellas del incendio.[92]
“La
Democracia”, diario zaragozano, publicó en su número de
ayer [1874 agosto 1] el siguiente
extracto del parte oficial que el
general López Pinto ha dado de su afortunada operación militar sobre Salvacañete [1874 julio 19]. Nuestro
colega, al dar a luz este documento, lo hace totalmente autorizado por la
autoridad de Zaragoza. Dice así:
“Cumplimentando lo dispuesto por V.E. y no teniendo
medio para comunicarme con el general Montenegro [Joaquín Montenegro y Guitar] sin perder un tiempo que
consideraba precioso, emprendí mi marcha [julio
16] sin haber racionado mi fuerza más que con media ración de pan. A mi
llegada a Salvacañete al siguiente día 17 [julio], supe por bagajeros escapados de las facciones, la rendición de Cuenca, y que el enemigo
se disponía a evacuarlo. Ignorando los movimientos del enemigo y la situación
de las demás brigadas, que se me había anunciado desembarcarían en Minaya,
determiné permanecer en Salvacañete
hasta poder obrar según las noticias que recibiese.
En la mañana del 18 [julio] tuve conocimiento por otra confidencia que parte de la
facción con los primeros había llegado a Cañete,
y teniendo noticia de nuestra proximidad se
dirigía por la izquierda de nuestra posición a Ademuz paso para Chelva, y
apoyándose en otras facciones que habían salido de Cuenca con objeto de protegerlos y envolver mis fuerzas…
… Todos estos movimientos dieron por resultado la
completa dispersión del enemigo [julio
19], que creyéndose atacado por fuerzas muy superiores, se aterrorizó,
huyendo a la desbandada y tirando sus armas y efectos de guerra, siendo
perseguido parte de sus fuerzas hasta cerca de una hora del pueblo; el resto
pasó al pueblo a descansar…
El resultado de esta jornada ha sido el haber
rescatado a todos los prisioneros hechos en Cuenca, entre los que se encuentran cuatro compañías de la reserva
de Toledo, caballería, artillería, guardia civil, carabineros, 180 voluntarios
y 26 jefes y oficiales.
Las pérdidas del enemigo han sido muy considerables…
Nuestras pérdidas consisten en siete heridos, 16
contusos y dos caballos muertos”.[93]
[1874 julio 19]
…Conducidos hasta Chelva los 480
prisioneros después de la conquista de la ciudad [Cuenca] [día 15], una vez pasado Cañete, fueron atacados por los isabelinos del brigadier López
Pinto [Victoriano López Pinto] [julio
19], que había llegado desde Madrid, en las inmediaciones de Salvacañete, donde fueron liberados,
provocando la muerte y huída de los carlistas. Algunos de ellos, se refugiaron durante varios días en localidades del
Rincón de Ademuz y del Bajo Aragón, hasta intentar reagruparse nuevamente
en Chelva.
Fue el
preludio del final de la guerra que acabaría unos meses más tarde [unos meses no; casi por dos años se prolongó la contienda a nivel nacional; algo más de un año en esta zona].[94]
Valencia, 24 [1874 julio].
Personas
llegadas de Ademuz afirman que los
facciosos, después de la toma de Cuenca,
han llegado a aquellas montañas sumamente destrozados y descontentos, por las
numerosas bajas que sufrieron en el ataque de la ciudad, confesando que suben a
muchos cientos los hombres que perdieron.
Sobre
todo ha causado muy mal efecto ver regresar a la facción Monet, reclutada en el Rincón de Ademuz y pueblos
de la sierra, trayendo de Cuenca
una mitad de la fuerza que se llevó, pues dicen que es la que más bajas sufrió
en el ataque.[95]
Finales de julio de 1874. El Ejército Carlista del Centro reagrupado en Chelva. A la cabeza los infantes D.
Alfonso y Dª María de las Nieves (duques de San Jaime). Ahora cuentan como jefe
de su Estado Mayor con el general Antonio Lizárraga y Esquiroz.
Alfonso Carlos de Borbón (duque de S. Jaime) |
María de las Nieves de Borbón y Braganza |
[1874 julio, finales] Los carlistas de D. Alfonso y doña Blanca a la cabeza, se han metido de nuevo en los vericuetos de Chelva, formando en total las fuerzas allí reunidas unos catorce batallones, los cuales, como son bastante escasos, no tienen entre todos más que siete u ocho mil hombres. Las facciones que componen este núcleo son las de Vallés [Francisco Vallés Roselló], Monet [Manuel Monet Martel], Sierra Morena [Ramón Domingo], Corredor [José Corredor], Cura de Flix [José Agramunt], parte de las de Cucala [Pascual Cucala Mir], y las que fueron de Marco de Bello [Manuel Marco y Rodrigo], etc,...
Tienen
también los cañoncitos con que atacaron a Cuenca,
los cuales llevan en carretas, y no les servirán de gran cosa en la comarca
donde ahora están los facciosos. Estos días han celebrado corridas de toros,
sin duda porque D. Alfonso trata
de borrar de la memoria de su gente, por medio de diversiones, el recuerdo de
las grandes pérdidas sufridas en Cuenca.
Los
facciosos están alojados en Chelva y
pueblecillos cercanos hasta el Villar,
y en todas partes venden a muy bajo precio objetos de gran valor que han robado
en Cuenca.[96]
Me
llama la atención la siguiente noticia, por la impecable y detallista descripción
en la narración, más propia de una novela que de un artículo periodístico.
Leemos
de “El
Mercantil Valenciano”:
“El
día 29 último [1874 julio 29], a tas cuatro de la tarde, los cornetas carlistas
tocaron llamada en Chelva, y acto
continuo comenzaron a acudir a la espaciosa plaza en que está situado el
Casino. Alineados ya por batallones, que se distinguían por el color de las
boinas, que eran azules, blancas o encarnadas, salieron al balcón los titulados
infantes [D. Alfonso y Dª Maria de las Nieves (Dª Blanca)], que observaron
durante algún tiempo y con grotesca seriedad el aspecto marcial de sus huestes.
El
cabecilla Lizárraga [Antonio Lizárraga y Esquiroz], a quien los carlistas
llaman general, a caballo y situado frente a la casa de D. Andrés Bonet,
alojamiento de aquellos, dictaba entretanto las disposiciones para la marcha.
Lizárraga ceñía una buena espada y una faja dorada con una chapa en el centro
con las armas e iniciales C. VII. [Carlos VII]. Le acompañaban sus edecanes
Navarrete y otros varios cabecillas. Lizárraga representa una edad de 58 a 60
años [en realidad, tenía 57 y medio].
Al
aparecer en el balcón los hermanos del Pretendiente [se refiere a D. Alfonso y
Dª Blanca], una numerosa pero destemplada banda de música rompió una marcha
parecida a la que se conoce con el nombre de Real, y fue desplegada al viento
una vistosa bandera de damasco encarnado muy vivo, bordada de oro y en cuyo
centro figura una imagen de la Purísima en azul muy pronunciado.
Acto
continuo rompieron la marcha los carlistas y salieron a la calle los titulados
Infantes, que montaron a caballo y se situaron a retaguardia y detrás de
Lizárraga.
La
llamada doña Blanca vestía pantalón bombacho negro, y tonelete azul con
caprichosos dibujos de cinta negra por delante y por la espalda, lo cual la
asemeja, lo mismo que al batallón de zuavos encargados da su custodia, a los soldados
de Turquía. A la cabeza lleva boina encarnada, caída hacia la oreja izquierda.
Pendiente del cuello lleva una cartera de viaje de color amarillo. D. Alfonso
viste de caballero particular, si bien cubre su cabeza con boina, y ninguno de
ambos lleva armas.
Al
salir de Chelva tomaron tres
distintas direcciones los carlistas, y más tarde, a las seis y media, salió de aquel
pueblo otra partida en distinta dirección de las fuerzas que acabamos de
aludir.
En
Chelva han demostrado los carlistas
lo mucho que robaron en la desgraciada Cuenca,
puesto que simples individuos llevaban en sus cintos 10 y 14.000 rs. [reales] en
monedas de oro y plata, manifestando con el mayor descaro que hablan despreciado
la calderilla.[97]
A
primeros de agosto de 1874, hay otro intento fallido de los carlistas por
ocupar Teruel, justo un mes después del primer ataque (que fue el 3 de julio de ese año).
También a cargo de fuerzas mandadas por los infantes Alfonso y María de las
Nieves, los cuales parten de su cuartel en Chelva a finales de julio, vía
Sarrión, y junto a otras fuerzas que partieron del Rincón de Ademuz, vía
Villel, llegan ante la capital (Teruel) el 3 de agosto. Como se verá en
las noticias que siguen, se presentó en Teruel, lo más nutrido del ejército
carlista llamado del “Centro y Cataluña”, que en esos momentos mandaba como
general en jefe, el infante Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este (hermano del pretendiente Carlos VII), siendo jefe de
Estado mayor, el general Antonio Lizárraga Esquiroz.
Referente
al Rincón de Ademuz, por las noticias anteriores y las que siguen, deduzco que
tras la toma de Cuenca (15 de julio), y la inmediata acción de Salvacañete (19
de ese mes), queda en la comarca un importante contingente de fuerzas
carlistas que, seguramente y en su mayoría, procede de la antigua división de José Santés y Murgui (destituido en abril) y que ahora manda Monet (Manuel Monet y Martel). Esta fuerza, engrosada por otras
facciones valencianas y del Maestrazgo, forman una no despreciable fuerza, que parte a Teruel en número de
5.000, a unirse con los “Infantes” para atacar esa capital.
[1874 agosto, 1 o 2] Las
fuerzas carlistas que había en Ademuz,
han marchado a Villel. Hacia el mismo punto se dirigen también las de don
Alfonso y doña Blanca, para reunirse a las primeras. En Teruel se cree que todas ellas se proponen caer nuevamente sobre
dicha ciudad.
Noticias
de referencia sin carácter oficial dejan presumir que los carlistas intentan atacar a Teruel.
Del
interior de dicha población [Teruel]
se sabe que tanto la guarnición como los voluntarios están resueltos a
defenderse a todo trance y a volver a escarmentar duramente a las facciones.[98]
[1874 agosto, 1 o 2] Las fuerzas carlistas que había
en Ademuz, es decir, unos 5.000
hombres, han marchado a Villel.
Hacia el mismo punto se dirigen también las de don Alfonso y doña Blanca, para
reunirse a las primeras. En Teruel se
cree que todas ellas se proponen caer nuevamente sobre dicha ciudad.
Los
vigías establecidos en Teruel
anunciaron ayer la presencia en las inmediaciones del cementerio de un grupo de
20 a 30 hombres armados. En el acto y sin que precediese toque de generala ni
aviso alguno se presentaron espontáneamente en sus respectivos puestos los
voluntarios como un sólo hombre. También fueron reforzados en el acto los puestos
de guardia, aumentándose el servicio de vigilancia.
El
grueso de las facciones se hallaba en Segorbe
y sus avanzadas al mando de Corredor [José Corredor] en Barracas,
según noticias facilitadas en el ministerio de la Gobernación”.[99]
[Carlos VII relata la III Guerra]: De Chelva [D. Alfonso] partió a tierras aragonesas. El 2 de agosto [1874] llegó a Sarrión, para volver a atacar Teruel. En aquella ocasión nombró al
general Lizárraga [Antonio Lizárraga y Esquiroz] como jefe del Estado Mayor. Al
día siguiente [agosto 3] se
presentaron ante Teruel, aunque no
se dio la orden de atacar hasta el 4 de
agosto. La acción duró hasta las seis de la tarde, en que se recibió la
intimación para que se rindiera la guarnición, a lo que contestó el brigadier
Santa Pau [Jacinto Santa Pau y Bayona] rechazándola. Nos retiramos por Corbalán
a Alcalá de la Selva, pues acudían
las columnas de Iriarte y Lasso [José Lasso y Pérez]. En Alcalá de la Selva se le unió Gamundi [Isidro Pascual Gamundi].[100]
Una
publicación mensual de Madrid, denominada “Cosas del Año”, nos aporta una
importante información sobre el intento de ocupación de la ciudad de Teruel por
parte de los carlistas a primeros de agosto de 1874:
EL MES DE AGOSTO
[1874].
Grandes
son los deseos que las fuerzas carlistas que manda el hermano del Pretendiente
[D. Alfonso] vienen mostrando por la posesión de Teruel; deseos que hasta el presente se han venido estrellando en la
resolución de los habitantes de dicha capital, que en ataques repetidos han
logrado el triunfo, sobre las huestes del carlismo. Después de las escenas de heroísmo
que en el mes anterior [1874 julio 3] presenciaron los muros de la ciudad
invicta, las fuerzas absolutistas se presentaron a la vista de la misma el día 3 del pasado mes [agosto 3], y el cabecilla Lizárraga
[Antonio Lizárraga y Esquiroz] que las mandaba dirigió a su gobernador militar
[Jacinto de Santa Pau y Bayona] la siguiente intimación:
“Ejercitó real del
Centro y Cataluña.- Estado mayor general.- S.A.R. El Sermo. señor infante D.
Alfonso de Borbón y Austria, general en jefe del ejército real del Centro y
Cataluña, me ordena dirigirme a usted para manifestarle que está resuelto a
llevar las operaciones de embestida contra esa plaza hasta el extremo de
rendirla; que cuenta con medios sobrados para llevar a cabo su objeto, y que
espera de sus sentimientos humanitarios que no se empeñará en una defensa que
no tendrá otro fin que derramar sangre inútilmente, y tal vez envolver en
llamas a esa histórica ciudad.
En cambio, S.A.R.,
por un impulso de su generoso y magnánimo corazón, acaba, en proclamas
recientemente publicadas, de prometer tratar con benevolencia a los pueblos que
reciban como amigas a las fuerzas reales y les abran sus puertas y entreguen
sus armas.
Esto mismo ofrece a
Teruel, si contesta Vd. a esta comunicación, con la rendición de la plaza en el
término de dos horas. Dios
guarde a Vd. Muchos años.
Campamento
sobre Teruel a 4 de Agosto de 1874.- El general jefe de estado mayor general,
Antonio Lizárraga.- Señor gobernador militar de Teruel [Jacinto de Santa Pau]”.
El
brigadier Sr. Santa Pau, contestó en los términos que siguen:
“Gobierno militar de la
provincia de Teruel.- El honor militar tiene sus leyes, de
las que no es posible prescindir.
Este me ordena
defender la plaza hasta el último momento, cualesquiera que sean las
consecuencias del ataque, de las que yo nunca podría ser responsable.
Aunque este motivo
no fuese suficiente para tomar esta determinación, el espíritu de este
vecindario, de la guarnición entera y de las autoridades, me obligarían a
seguir este camino con el ánimo sereno y la conciencia tranquila.
Lo que tengo el
gusto de participar a Vd. por contestación a su atenta comunicación de esta
fecha. Dios guarde a Vd. muchos años.
Teruel
4 de Agosto de 1874.- El brigadier gobernador, Jacinto de Santa Pau.- Sr. D.
Antonio Lizárraga”.
Según
los datos oficiales, las fuerzas sitiadoras pasaban de 10.000 hombres, mandados
por los siguientes jefes: Freixa [Cayetano Freixa y Puig], 3.000 de la antigua
facción Santés; Cucala (padre) [Pascual Cucala Mir], cuatro batallones; Vallés
[Francisco Vallés Roselló], tres; Segarra [Tomás Segarra y Vergés], tres;
Corredor [José Corredor], dos; zuavos [guardia de honor que acompañaba a D. Alfonso Carlos y Dª
Blanca], ocho compañías; 500 caballos al mando de Monet [Manuel Monet Martel],
titulado brigadier, y cuatro piezas de artillería a las órdenes de un coronel.
Estas
fuerzas iban al mando de D. Alfonso y doña Blanca. Su estado mayor lo
componían: Lizárraga como general; los hijos del infante D. Enrique, coroneles;
tres comandantes, un capitán y cinco paisanos, entre ellos dos franceses.
El
día 3 [agosto] al anochecer llegaron
a la vista de la población, y aunque la oscuridad impedía verles, el ladrido de
los perros del arrabal les denunció; al poco rato se oía distintamente el ruido
de horadar paredes, romper puertas y formar barricadas: eran dos batallones de
Segarra y uno de Freixa, que habían ocupado las casas. Los bravos defensores, apostados
en la muralla desde el día anterior, se limitaron a observar estos preparativos para con la
claridad del día poder hostilizar mejor al enemigo.
El
fuego rompiose antes de amanecer [agosto
4] por una descarga hecha con sus cuatro cañones: al momento se generalizó
en toda la línea con una rapidez tal que parecía furia, continuando así sin
amenguar nada las quince horas que duró.
La
línea de defensa la formaban 150 soldados de la reserva al mando de sus
capitanes D. Rafael Hernández y
D. Ambrosio Martínez; 80 guardias civiles con su capitán D. José
Zúñiga y cuatro compañías de la Milicia con sus comandantes D. Ramón Gómez y
don Vicente Tarrat, y sus capitanes D. Manuel Garzarán, D. Mariano Muñoz Nougués [o Nogués]***, D. Nicolás Monterde y D. Pedro Hureso;
la defensa del distrito, estaba a cargo del comandante de la caja de quintos de
Vicente Gómez y Díaz de Rada.
La
artillería, servida por la compañía de Milicia al mando de su capitán D. Benito
Bonet, con algunos soldados de la reserva recientemente instruidos, fue hábilmente
colocada por el comandante de artillería de la plaza, teniente facultativo, D.
Manuel Bonet y Calzá, que
habilitando explanadas para tirar y utilizando postigos consiguió dirigir las cuatro
piezas sobre el enemigo.
Después
de adquirir el gobernador militar por los vigías colocados en las torres, por
los partes de los guardias y por sus propias observaciones, la certeza de que
era éste el único punto de ataque, acudió a él para mejor tener las
disposiciones en vista de las circunstancias.
Como
el día adelantaba y el enemigo seguía hostilizando con igual tenacidad, decidió
apagar sus fuegos del arrabal concentrando los de toda la línea sobre aquel
punto, operación que produjo muy buen resultado, puesto que se consiguió casi
por completo, apareciendo luego la bandera de parlamento.
Serían
las seis de la tarde [agosto 4], y
como había que relevar fuerzas, tomar precauciones y arreglar cuantos detalles
se creyeran convenientes, les concedió éste y mandó cesar el fuego. Llegado el
parlamentario, le entregó el oficio que hemos transcrito y que fue
inmediatamente contestado.
Despachada
esta contestación, el Sr. Santa Pau tomó las disposiciones convenientes para
rechazar el asalto, pues no ignoraba habían llevado los pueblos inmediatos de orden
de D. Alfonso sobre 300 escalas.
Pasada
la noche sin que se notase movimiento por ningún punto, al amanecer del día 5
varias descargas del enemigo, contestadas por los defensores de Teruel, fueron
la señal de huida de los carlistas, que traspusieron los montes en dirección a Corbalán.
La
llegada de las columnas Iriarte primero, y Lasso después, explicó más tarde el
motivo de una retirada tan precipitada.
Dignas
son de elogio ambas columnas por su atrevido movimiento para socorrer a Teruel.
Aisladas,
y con muy poca fuerza para combatir con D. Alfonso, cada una de por sí resolvió
arriesgarse, llegando la de Iriarte a las nueve de la mañana, y la de Lasso a
las cinco de la tarde, si bien éste, además de venir por el camino por donde D.
Alfonso se retiró, tuvo que evadir el combate con Gamundi, que tenía
instrucciones para detenerle. El gobernador militar Santa Pau ordenó luego un
reconocimiento en el campo enemigo, donde se encontraron varios objetos de
guerra, entre ellos una cartera con el plano de Aragón y otros papeles, muchas
viandas preparadas y escalas que fueron inutilizadas, algunas casas ardiendo, y
otras con el mobiliario destrozado.
Las
pérdidas de los defensores fueron cuatro muertos, 13 heridos y siete contusos.
Los
carlistas, según datos adquiridos por los prisioneros y por un guardia,
tuvieron sobre 30 muertos y de 80 a 100 heridos.[101]
***
Mariano Muñoz Nougués [o Nogués] fue diputado a
Cortes en la 1ª República y seguidor de Emilio Castelar. Dirigió en Teruel la
Milicia Nacional en 1874. Fundó la Sociedad Económica de Amigos del País en Teruel y fundó en la
misma la Caja de Ahorros. En Teruel hay una calle dedicada a su nombre.
Teruel. Placa calle Mariano Muñoz Nogués |
Antonio Lizárraga y Esquiroz (tradicionviva.es) |
Jacinto Santa Pau |
El día cuatro de agosto (azulejos con coplas turolenses) |
Mientras Requena sigue fuerte contra el Carlismo. Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque, en aquellos momentos general en jefe del Ejército del Centro gubernamental, quiso asegurar la "Línea Valenciana", antes de atacar definitivamente el Maestrazgo. Pero según él, había dos "puntos débiles: Chelva y el Rincón de Ademuz ("cuyos habitantes eran partidarios del Carlismo"), y que interesaba reducir de inmediato.
[1874 agosto, mediados] El general en jefe del ejército del Centro [Manuel Pavía] ha dirigido al presidente del Consejo de ministros [Juan Zavala y de la Puente] un telegrama encomiando la conducta del ayuntamiento y vecindario de Requena (Valencia), que con recursos propios han fortificado el pueblo, y se hallan dispuestos a defenderle de los carlistas.
[1874 agosto, mediados] El general en jefe del ejército del Centro [Manuel Pavía] ha dirigido al presidente del Consejo de ministros [Juan Zavala y de la Puente] un telegrama encomiando la conducta del ayuntamiento y vecindario de Requena (Valencia), que con recursos propios han fortificado el pueblo, y se hallan dispuestos a defenderle de los carlistas.
El
presidente del Consejo de ministros ha encargado al general Pavía que en nombre
del gobierno dé las gracias a aquellas autoridades y vecindario por su patriótico
comportamiento, y que proponga las recompensas a que se han hecho acreedores.
El
ejemplo del pueblo de Requena es digno
de la imitación de todos, y mucho más de los que tienen la desgracia de hallarse
en comarcas donde las feroces hordas del Terso [¿¿ puede referirse a Carlos VII
??; lo ignoro] desenvuelven sus infames aventuras.
Podemos
asegurar, y ya lo hemos dicho en uno de nuestros últimos números, que no es Requena la única población que procura
ponerse a cubierto de los facciosos. Son muchas las que se han fortificado, y
más aún las que tienen organizada su Milicia, no siendo pocas las que aprontan recursos
y abren suscripciones para atender a los gastos de armamento y defensa.
Felicitamos
a los liberales de Requena por su
patriótica actitud, y no duden que cuantos sacrificios hagan en pro de la libertad
serán estimados en su verdadero valor por los buenos ciudadanos. Sigan los de Requena por la senda en que bajo tan
buenos auspicios se inician, y alcanzarán el apreció de todas las personas honradas
y agradecimiento de la patria.[102]
[1874 agosto, mediados] Las fuerzas que lleva D. Alfonso han contramarchado hacia Fortanete con dirección a Cantavieja. Villalaín desde Molina ha tomado la dirección de Albarracín hacia
Camarena y Ademuz.[103]
[1874 agosto, mediados] Como se puede apreciar, Pavía [Manuel Pavía y Rodríguez de
Alburquerque] no hace nada extraordinario, sólo aplicar la lógica militar más
elemental: agrupar las fuerzas propias, fijar las del enemigo y luego atacarle.
Entre
las dos líneas de concentración [Alcañiz-Teruel
y Teruel-Sagunto] había un hueco peligroso: el comprendido entre el Rincón de Ademuz y la sierra de Albarracín,
terreno agreste situado al sureste de Teruel,
cuyos habitantes eran partidarios del carlismo. De esta comarca partían
algunas partidas que se infiltraban hacia la serranía de Cuenca y hacia la provincia de Guadalajara. La primera
misión de Pavía era la de reducir esta comarca antes de seguir con su plan de
envolvimiento del Maestrazgo.
Pavía
aseguró la línea valenciana, relativamente bien armada y guarnecida aunque
tenía dos puntos débiles: en el centro Chelva;
a la izquierda de la línea, precisamente
la brecha del Rincón de Ademuz…[104]
[1874 agosto, del
18 al 21]
Tenemos ya algunos detalles de la marcha verificada por el general Pavía desde Valencia a Aragón. Después de
haber revistado las fuerzas militares de la capitanía general de Valencia, y de
haber organizado por sí mismo una formidable línea de defensa, que va de
Sagunto a Requena, dejando libre de las correrías de las facciones la mayor
parte de la provincia de Valencia, salió de Utiel el 18 [1874 agosto],
al frente de una brillante división, en la que figuran algunos bravos y veteranos
batallones de cazadores y fuerzas de todas armas, y cruzando por Sinarcas y por encima de Chelva aquellas montañas, guarida del
carlismo, sin que los soldadas del Pretendiente se atreviesen a disputarle el
paso, llegó el 21 [agosto] a Teruel, en donde va a organizar las
fuerzas de la capitanía general de Aragón, para que obedezcan a un mismo
pensamiento, y pueda emprenderse enérgicamente la campaña.[105]
UN CARLISTA ARREPENTIDO [1874 agosto 30].
“… Bien
pronto logré alcanzar en las facciones algunos cargos de importancia, que me
permitieron enterarme de todas las interioridades, pero apenas hube conseguido
esto, perdí todas las ilusiones al ver palmariamente que nadie pensaba en
procurar el bien del pueblo, sino por el contrario sólo en saquearle para
medrar a sus costas y adquirir furtivamente una considerable fortuna. Dígalo el
pueblo de Viver, que tiene cubierto
el pago de un año de contribución y aún le adeudan 160.000 reales por raciones
en etapa que difícilmente cobrará, y esto sin contar las multas que le han
impuesto. Dígalo también Castielfabib,
pueblo de reducido vecindario, que paga al
gobernador militar carlista de Ademuz, 1.500 reales al mes para costear una
ronda que tiene aquel jefe a sus órdenes.
... por
todo lo cual se comprenderá que en los pueblos dominados por los facciosos, el
contribuyente no hace más que pagar mientras que el bracero, no permitiéndole
sus constantes servicios a los carlistas ganar un jornal, tiene que dejar
perecer de hambre a su familia…” Valencia 30 de agosto de 1874. Miguel Casañ (De “Las
Provincias”) [106]
El 3 de
septiembre de 1874, vigente la República “unitaria” que preside D. Francisco
Serrano y Domínguez, es nombrado Presidente del Consejo de Ministros D.
Práxedes Mateo Sagasta, miembro del Partido Constitucional. Continúa la línea
política, con pocas modificaciones en el Gobierno, que estaría vigente hasta
finales de año.
[1874 septiembre, primeros]… La llegada de la columna de operaciones [a Cuenca] fue muy oportuna, porque en los días siguientes la falta
de correo de Cañete, la estancia de
facciosos en Las Majadas y Tragacete, la petición de raciones
hecha por Cucala [Pascual Cucala Mir] a varios pueblos del itinerario a Cuenca, el encaminarse Villalaín [Angel Casimiro Villalaín] hacia el Rincón de Ademuz y otras circunstancias, hicieron
presagiar otro ataque a la ciudad [Cuenca]
como el mes de julio, por lo cual la brigada se dedicó a dar gran impulso a los
trabajos de fortificación y defensa de la capital…[107]
Según
dice un periódico valenciano, el lunes [1874
septiembre 7] marchó de Chelva
la facción Monet [Manuel Monet Martel], asesinando antes a dos liberales de aquel pueblo, cada uno de
los cuales deja cinco hijos huérfanos. También pusieron en capilla los carlistas
al alcalde y a su mujer por haberse mezclado en una contienda habida noches
pasadas entre los facciosos, que anduvieron a tiros por las calles del pueblo,
y a la fecha de las últimas noticias continuaban presos aquellos dos desgraciados.
En
Chelva, pues, han quedado solamente
los carlistas que constituyen la llamada comandancia militar.[108]
Los
carlistas han evacuado completamente a Chelva. El lunes [1874 septiembre 14] a las siete de la mañana salieron los últimos
que quedaban en esta población***.
Se encaminaron hacia Utiel, aunque
no con el intento de atacar a Requena,
cosa para ellos en extremo difícil y peligrosa. El cabecilla Monet ha caído
también en desgracia. Ya le han separado del mando de sus tropas y es sólo un
prisionero de D. Alfonso. La causa de la exoneración y del arresto nos es
conocida. Los liberales de Chelva, tan
pronto como tuvieron noticia de que Monet había mandado fusilar bárbara e inhumanamente
a dos de sus correligionarios, fulminaron contra aquel cabecilla, y con ánimo
de cumplirla, no sabemos qué terrible amenaza.
Desde
dicho instante Monet se consagró tan sólo a recoger y acaparar cuanto dinero
encontraba a mano, con ánimo, sin duda, de escaparse con el santo y la limosna
[quedarse con todo]. Apenas llegó esto a noticia de don Alfonso ordenó éste que
prendieran a Monet, y así se ha efectuado. No se le nombrado todavía sucesor
efectivo, porque se cree entre los mismos carlistas que, teniendo mucho dinero
Monet, le será fácil volver a la gracia de los príncipes. Los partidarios más
íntimos de Monet acusan a los
titulados príncipes de haber ordenado al cabecilla que acabara de intimidar a
los liberales de Chelva con un
espectáculo sangriento, y por este medio se conseguiría además hacer recobrar a
las huestes carlistas parte de la fuerza moral que iban perdiendo.
También
ha sido relevado de su puesto el comandante militar de Chelva.
D.
Alfonso y doña Blanca, consortes, se encuentran en Segorbe, donde sus servidores se ocupan en cobrar tres trimestres
de contribución, que así, por vía, de impuesto de guerra, han cargado sobre aquella
población...[109]
*** Un
grupo de los que salen en esta fecha (14-09-1974) de Chelva, es el dirigido por
el coronel carlista D. Miguel Lozano y Herrero, que por encargo del infante D. Alfonso,
inicia una expedición a Andalucía, vía Utiel, Caudete de las Fuentes,
Villargordo del Cabriel, Venta del Moro, Casas Ibáñez, Hellín, hacia Murcia y
Almería...
[1874
octubre, mediados]
El Coronel Lasso [José Lasso y Pérez] llegó anoche al Campillo de Teruel con
un convoy que Villalaín mandaba a Chelva
y que apresó en Alcalá de la Vega
[Cuenca]; cuyo convoy se componía de tres cargas de armas y unas 80 fanegas
de trigo y cebada, gran cantidad de arroz y sal, colchones y ropas de cama, En
dicho, encuentro le fueron hechos a la
facción ocho prisioneros.[110]
A partir de mediados de octubre de 1874, Cañete ya es ocupado por el ejército gubernamental. Los carlistas intentan otro ataque a Requena (octubre 22), pero apenas se acercan a la ciudad. Merodean Utiel, Villar de los Olmos y la zona. Roban ganado, cobran contribuciones y se llevan rehenes, y parten con dirección a Chelva.
A partir de mediados de octubre de 1874, Cañete ya es ocupado por el ejército gubernamental. Los carlistas intentan otro ataque a Requena (octubre 22), pero apenas se acercan a la ciudad. Merodean Utiel, Villar de los Olmos y la zona. Roban ganado, cobran contribuciones y se llevan rehenes, y parten con dirección a Chelva.
ULTIMAS NOTICIAS. El diario oficial publica hoy,
referentes a la insurrección carlista, las siguientes noticias:
Castilla la Nueva.
El general Salazar participa que
a las siete de la noche del 21 [1874
octubre] ocupó con las fuerzas de su mando el pueblo de Cañete y su castillo, cogiendo dos
prisioneros y recogiendo en Huerta [del
Marquesado] 500 cabezas de ganado lanar, que el cabecilla Villalaín tenía
preparadas para su gente.[111]
El
periódico valenciano “Las Provincias” recibido ayer, completa los detalles
que publicamos respecto al ataque de Requena
por los carlistas.
Según
dicho periódico, la facción de caballería que se aproximó el jueves último [1874 octubre 22] aquella ciudad iba
mandada por Checa. Apenas se hubo acercado aquella fuerza, se disparó un
cañonazo desde la batería del Cristo, lo cual sirvió de aviso a los labradores
que estaban cogiendo el azafrán para retirarse a la ciudad. Como las puertas
estaban abiertas, salieron unos 700 nacionales armados en busca de sus familias,
y al saber que los carlistas se había retirado al Cerro Colorado, cargaron sobre
ellos, haciéndoles un fuego muy nutrido, hasta que los obligaron a abandonar sus
posiciones y a declararse en retirada. Al llegar los facciosos al caserío denominado
la Motilla, hicieron alto para descansar y los voluntarios se volvieron a la
ciudad por carecer de cartuchos.
Los
requenenses no tuvieron desgracia alguna; pero los carlistas en cambio se llevaron
unas cuantas mulas, algunos rehenes y sobre 40.000 reales.
La
facción se fue enseguida a Utiel, de
donde salió el viernes [octubre, 23]
con todo lo recogido, y además rehenes, que se llevaron en dirección de Chelva.
De la aldea de Villar de Olmo [de los Olmos] también
se han llevado ganados y cobrado la contribución.[112]
Cuando
los carlistas se retiraron de las inmediaciones de Requena, en Utiel [octubre, 23] intentaron secuestrar a
la esposa del farmacéutico Sr. Martínez, por no hallar a éste, y destrozaron muchos
de los efectos de la botica.
Parece que llegan a 1.700 las
cabezas de ganado lanar que los carlistas se han llevado del término de Requena y sus aldeas.[113]
[1874
octubre finales]
Dicen de Requena que han regresado
de Chelva los labradores y ganaderos
que fueron allá para gestionar el rescate de sus bestias de labor y rebaño, lo
cual han obtenido por 11.600 rs [reales].[114]
[1874
octubre, finales]
Están casi terminadas las obras de fortificación de Cañete, donde quedará por ahora una guarnición de 500 hombres.[115]
Noticias sobre el hospital militar carlista de Chelva, a finales de octubre de 1874:
[1874 octubre,
finales] El hospital militar que los carlistas tienen
en Chelva se halla en muy mal
estado. Así se desprende de un oficio, que ha sido interceptado, y en el cual
el director del hospital, D. Mariano González, que se titula subinspector médico
y comandante de caballería del ejército real, se dirige al cabecilla Velasco
[Gerardo Martínez de Velasco], a quien titula general en jefe de dicho ejército,
exponiéndole la falta de recursos, dice que el material y parte del personal
del hospital de Chelva se ha
trasladado al de Mora de Rubielos, a
diez y seis leguas, sin que haya en aquella comarca otro punto de albergue para
los heridos de la facción. A la fecha de este oficio (30 de octubre) había ya en Chelva
varios heridos en el suelo, con simples jergones, por haberse llevado a Mora 86 camas.
Habiendo
tenido que desalojar los carlistas a Beteta y Cañete (provincia de Cuenca), han ido de allí más de treinta
heridos a Chelva, con lo cual se ha
agravado la situacion.
El oficio a que acabamos de referirnos va dirigido como general en
jefe, al “Excmo. Señor D. Gerardo Martínez de Velasco”; pero otras cartas de Chelva, fecha también del día 30, que han sido igualmente interceptadas,
dan a entender que ya no es Velasco el jefe de las facciones de este distrito,
si no el cabecilla Rada [Eustaquio Díaz de Rada y Landivar].
Estas cartas son de
dos oficiales carlistas que se hallan en Chelva,
y las dirigen al hermano de uno de ellos que ha venido al Maestrazgo con el
nuevo general Rada. Uno de los que
escriben perteneció a la oficialidad del ejército, y dice que los de su
clase no pueden de manera alguna continuar sirviendo en este distrito, donde
hacen “un papel ridículo” (sic.).[116]
Chelva. Convento de San Francisco. Hospital en la Guerra Carlista (verpueblos.com) |
Mora de Rubielos (sipca.es) |
Hacia mediados y finales de noviembre de 1874, facciones carlistas procedentes de Chelva, y al mando de Angel Casimiro Villalaín, Manuel Monet Martel y Gerardo Martinez de Velasco, hacen incursiones por la zona de Utiel-Requena y La Mancha, en busca de alimentos y dinero. Luego vuelven, deshaciendo sus pasos a Chelva (probablemente algunas de estas fuerzas quedaran en el Rincón de Ademuz).
NOTICIAS DE LA GUERRA.
El
jueves último [1874 noviembre 12]
salió de Sinarcas el cabecilla Villalaín
[Angel Casimiro Villalaín], llevando a sus órdenes unos 200 infantes y dos escuadrones
de caballería. El viernes [noviembre 13]
por la mañana se encontraba esta misma facción en Camporrobles.
Con tal motivo habían aumentado
su vigilancia los decididos
defensores de Requena.[117]
“Las
Provincias” de
Valencia, que recibimos ayer, publica las siguientes noticias de la guerra:
El cabecilla Villalaín ha salido
por último de su guarida de Chelva,
donde debía experimentar ya todo género de escaseces, y se dirige hacia la
Mancha, en busca de dinero y raciones. El viernes último [1874 noviembre 13] se presentó en Camporrobles con tres batallones y 200 caballos, exigiendo 2.000
raciones, 150 fanegas de cebada y 6.000 rs., saliendo después unos 100 caballos
en dirección a la Minglanilla.[118]
Las
noticias siguientes son de “Las Provincias”, de Valencia, de
anteayer, que las publicó debidamente autorizado:
“Los
carlistas mandados por Velasco [Gerardo Martínez de Velasco], que lleva a sus
órdenes unos 2.000 infantes y 800 caballos, entraron en Utiel el sábado [1874
noviembre 21] a las cuatro de la tarde, con objeto de recoger el dinero y
raciones que el día anterior habían pedido por medio de oficio al alcalde de
aquella villa. Al ver que nada se había preparado para facilitarles los fondos
que pidieron, mostráronse irritadísimos, y trataron de pegar fuego a la
importante villa para castigar su desobediencia a las órdenes de los
cabecillas. A fuerza de súplicas, y por la intervención de muchas personas
sensatas, consiguieron disuadirles de su bárbaro propósito; pero continuó el
pánico entre el vecindario al ver que por orden de los jefes, y divididos en pelotones,
procedían los carlistas a detener presas hasta unas noventa personas, en su
mayor parte mujeres, y abundando entre ellas las que pertenecen a familias de ideas
carlistas, pues los guerrilleros ni respetan al sexo débil ni están muy amables
con sus correligionarios ojalateros [eran
considerados como “ojalateros” los
partidarios del carlismo, pero que no participaban activamente en la guerra;
más bien, estaban en retaguardia y criticaban las acciones militares “a tren
pasado”; “¡ojalá se hubiese hecho esto o aquello...!”. En muchos casos,
oportunistas, que podían cambiar de bando tranquilamente según vinieran
dadas...],
repitiendo con frecuencia que no conocen más amigos que los que han empuñado
las armas. La prisión de tantas personas les facilitó el cobro de unos 50.000
reales, que realizaron por la noche, y el domingo [noviembre 22] por la mañana salió Velasco con su gente
dirigiéndose a Villargordo, habiendo
soltado antes a la mayoría de los presos y llevándose catorce de ellos, con
objeto sin duda de sacar a las familias de los secuestrados mayor cantidad de
dinero. Apenas llegados a Villargordo,
pidieron al alcalde crecido número de raciones de cebada; pero aquél supo
evadirse de ellos, y corrió a refugiarse en Requena, dando cuenta a las autoridades de lo que ocurría”.
Al mismo tiempo que las anteriores
noticias, llegan a nuestro poder las que anuncian una excursión de los
carlistas de Chelva hasta Siete-Aguas. Van mandados, según
parece, por Monet, y llegaron a este último pueblo el sábado [noviembre 21] por la tarde, en número
de unos mil quinientos hombres. El domingo [noviembre
22], a las ocho de la mañana marcharon de Siete-Aguas, llevándose el dinero que pidieron recoger entre los
vecinos.[119]
Gerardo Martínez de Velasco (Historia Fotográfica de la última Guerra Carlista) |
Siete Aguas (De Millars - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0) |
De un periódico de Valencia tomamos la siguiente carta, fechada en Requena el 28 de noviembre [1874]:
“Ayer
mismo decía usted en su periódico, y también lo decía “Las Provincias”, que
Velasco, con 3.000 hombres y 250 caballos había pasado por Utiel, Villargordo e
Iniesta; pues bien, para que V. sepa la verdad, le contaré, aunque con retraso,
lo sucedido con estas facciones: ya sabe V. que en un mismo día [1874
noviembre 21] se presentaron Velasco en Utiel y Monet en Siete Aguas;
Velasco dispuso que sus secuaces fuesen de casa en casa sacando lo que pudo, y
no quedando satisfecho con lo que recaudó, dispuso apresar a todos los
contribuyentes que pudo de los pocos que han quedado, manifestándoles que por
cada día que tardaran en entregar lo que había exigido al pueblo, les daría
diez palos a cada uno, y si esto no era bastante, “se vería en la necesidad” de
hacer algunas ejecuciones para escarmiento de los demás pueblos; no sabemos
hasta qué punto habrá cumplido lo que les manifestó haría, pues se los llevó a Chelva. Monet, con tres batallones y
muy poca o ninguna caballería, llegó a Siete
Aguas y exigió y recaudó sobre 4.000 rs., retrocediendo por los mismos
pasos a Chelva y juntándose en este
punto con Velasco y su infantería; la caballería de este cabecilla se dirigió desde Utiel a La Mancha, dirigiéndose
en grupos, sacando de los pueblos cuanto han podido recaudar… una vez reunidas
las fuerzas en Casas de Ves, se
dirigieron a Sinarcas, pasando por Toya [Villatoya], Venta del Moro y Fuenterrobles,
pernoctando en el citado pueblo de Sinarcas
con más de cien caballerías cargadas de botín. No sé a punto fijo la dirección
que estas fuerzas habrán tomado luego; pero
sin duda habrá sido Chelva o el rincón de Ademuz”.
En Cascante [del Río], provincia de
Teruel, se ha presentado una pequeña facción, capitaneada por Villar.[120]
Los
ojalateros [oportunistas carlistas] y laborantes [conspiradores] carlistas de
Valencia, explotando sin duda el silencio forzoso de la prensa, trataron de esparcir
el sábado [1874 noviembre 28] la
creencia de que las tropas del general Jovellar [Joaquín Jovellar y Soler]
habían encontrado seria resistencia en Chelva,
de donde habían sido rechazadas. Por el contrarío el general Jovellar entró en Chelva con un sólo batallón, y ni aún a
esta corta fuerza se atrevieron a hacer frente los carlistas, que huyeron hacia
el Maestrazgo y llegaron a Vivel [Viver]
en grupos desbandados.[121]
De
“Las
Provincias” de Valencia del 10
[1874 diciembre]:
“Los
carlistas de Chelva, que manda el
cabecilla Monet, han pasado comunicaciones a los alcaldes de todos los pueblos
comarcanos, para que hagan ingresar en el ejército real todos los varones de 18
a 35 años, quedando únicamente exceptuados los que estén casados canónicamente,
tengan hijos o no los tengan. En cambio a los casados civilmente, aunque tengan
una docena de hijos, se les condena al servicio del real ejército”.[122]
“Las
Provincias”
de Valencia publican, las siguientes noticias:
[1874 diciembre,
mediados] “Las
facciones de Gamundi y Cucala estaban hacia Mora y Rubielos; las de
Vallés hacia Valbona y Puebla de Valverde; la de Villalaín y Rozas hacía
Orihuela del Tremedal y Orea, confines de Guadalajara y Teruel, y alguna
pequeña partida por Alfambra; la de
Monet en Chelva y pueblos
inmediatos, y otra de tres batallones en la Vall de Almonacid. Las últimas
noticias suponen a la facción Vallés en marcha desde Puebla de Valverde para Camarena”.[123]
“Las Provincias” de Valencia, publica la siguiente
noticia:
[1874 diciembre,
sobre el 20] “Algunas
de las fuerzas que había en Chelva
han ido a Casinos. Las facciones de
Segarra [Tomás Segarra y Vergés], Vallés [Francisco Vallés Roselló] y Panera
[Ramón Piñol] fueron ayer [diciembre 19]
a Villel desde la Puebla de Valverde y hoy [diciembre 20] han marchado hacia Albarracín”.[124]
NOTICIAS DE LA
GUERRA.
La
facción Vallés pernoctó el 19 [1874
diciembre] en Villel, a cinco
horas de Teruel. El 20, después de oír misa, salió hacia
Gea de Albarracín, y sus avanzadas
se hallaban el 21 a dos horas de
dicha capital.
Desde
Gea [de Albarracín] parece que
hacían cuantiosos pedidos de raciones y dinero a todos los pueblos del Cella [río Jiloca]. En esta facción
van Segarra, Panera y Vallés, que manda en jefe.[125]
[1874 diciembre,
finales] Algunas
fuerzas carlistas, a las que se han unido parte de las procedentes de Villalaín,
están en Chelva.
La
facción Monet fusiló, al retirarse de Chelva,
a un infeliz de Altura, de ideas liberales, bajo pretexto de que era espía del
ejército.
De
Ademuz (Valencia) se han llevado
últimamente los carlistas 168 personas, la mayor parte mujeres y ancianos, por
haber huido todos los hombres que tienen hijos o parientes en el ejército.[126]
GUERRA CIVIL. En cartas y periódicos vemos
hoy las siguientes noticias:
Valencia, 29 [1874
diciembre].
Una
pequeña partida de caballería carlista llegó ayer a Villel (Teruel).
Ha
dicho que en Bezar [Bezas] había 500 facciosos pertenecientes a las
fuerzas de Vallés [Francisco Vallés Roselló] y a las que tenía Villalaín [Angel Casimiro Villalaín]. Por otro conducto se ha dicho en
Teruel que Vallés ha puesto preso a
Villalaín, haciéndose cargo de la fuerza que mandaba éste y del convoy que
llevaba.
Lizárraga [Antonio Lizárraga y Esquiroz] seguía en Manzanera.[127]
El
27 de diciembre de 1874 se produce el “Pronunciamiento de Sagunto”,
protagonizado por el general Arsenio Martínez Campos, con el fin de restaurar
la monarquía borbónica en la figura de D. Alfonso de Borbón y Borbón, que reinaría
como Alfonso XII, y se trataría de una monarquía constitucional. El 31 de este
mes el general Fernando Primo de Rivera, capitán general de Madrid, forma un
gobierno provisional a cargo de D. Antonio Cánovas del Castillo, del partido
conservador, y principal valedor del rey Alfonso. Con esto queda finiquitada la
Primera República Española, y se instaura la monarquía de Alfonso XII. Comienza
un período conocido como la “Restauración”.
Alfonso
tenía entonces 17 años y residía en Gran Bretaña. Llegará a Madrid el 14 de
enero de 1875.
[1] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 8 enero 1874.
[2] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 10 enero 1874.
[3] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 12 enero 1874.
[4] Romero Sáiz, Miguel. “El Saco de Cuenca, Boinas Rojas bajo
Mangana”. Ed: Diputación Provincial de Cuenca, 2010.
[5] Periódico “El Mundo” (Madrid)
(publicación carlista): 13 enero 1874.
[6] Periódico “El Mundo” (Madrid)
(publicación carlista): 17 enero 1874.
[7] Periódico “El Gobierno” (Madrid): 14 enero 1874.
[8] Periódico “Las Circunstancias” (Madrid):
14 enero 1874.
[9] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 15 enero 1874.
[10] Periódico “La Discusión” (Madrid): 15 enero 1874.
[11] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 16 enero 1874.
[12] Periódico “Las Circunstancias” (Madrid):
19 enero 1874.
[13] Periódico “La Epoca” (Madrid): 17 enero 1874.
[14] Periódico “Hoy” (Menorca): 22 enero 1874.
[15] Periódico “Las Circunstancias” (Madrid):
26 enero 1874.
[16] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 26 enero 1874.
[17] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 31 enero 1874.
[18] Periódico “El Mundo” (Madrid): 12 febrero 1874.
[19] Periódico “Boletín Oficial de Comercio”
(Madrid): 10 febrero 1874.
[20]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 14 febrero 1874.
[21] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 14 febrero 1874.
[22] Periódico “La Discusión” (Madrid): 12 febrero 1874.
[23] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 12 febrero 1874.
[24] Periódico “La Discusión” (Madrid): 13 febrero 1874.
[25] Periódico “La Epoca” (Madrid): 20 febrero 1874.
[26] “Narración Militar de la Guerra Carlista de
1869 a 1876”. El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. TOMO XIV, 1889.
[27] Periódico “El Mundo” (Madrid): 28 febrero 1874.
[28] Periódico “La Discusión” (Madrid): 3 marzo 1874.
[29] Periódico “Las Circunstancias” (Madrid):
5 marzo 1874.
[30] Romero Sáiz, Miguel. “El Saco de Cuenca, Boinas Rojas bajo
Mangana”. Ed: Diputación Provincial de Cuenca, 2010.
[31] Periódico “La Discusión” (Madrid): 10 marzo 1874.
[32] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 11 marzo 1874.
[33] Periódico “La Discusión” (Madrid): 12 marzo 1874.
[34] Periódico “La Discusión” (Madrid): 12 marzo 1874.
[35]
Publicación “Diario de Pascual Cucala”. Aula Militar “Bermúdez de Castro”.
(www.aulamilitar.com).
[36] Periódico “La Discusión” (Madrid): 12 marzo 1874.
[37]
Publicación “Diario de Pascual Cucala”. Aula Militar “Bermúdez de Castro”.
(www.aulamilitar.com).
[38] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 17 marzo 1874.
[39] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 19 marzo 1874.
[40] Periódico “La Discusión” (Madrid): 17 marzo 1874.
[41] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 27 marzo 1874.
[42] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 2 abril 1874.
[43] Periódico “La Discusión” (Madrid): 6 abril 1874.
[44] Periódico “La Epoca” (Madrid): 15 abril 1874.
[45] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 25 abril 1874.
[46] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 27 abril 1874.
[47] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 2 mayo 1874.
[48] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 4 mayo 1874.
[49] Periódico “La Iberia” (Madrid): 6 mayo 1874.
[50] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 6 mayo 1874.
[52] Periódico “La Discusión” (Madrid): 10 mayo 1874.
[53] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 18 mayo 1874.
[54] Periódico “La Iberia” (Madrid): 21 mayo 1874.
[55] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 19 mayo 1874.
[56] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 19 mayo 1874.
[57] Periódico “La Discusión” (Madrid): 22 mayo 1874.
[58] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 26 mayo 1874.
[59] Romero Sáiz, Miguel. Revista “Ababol” nº 37, Sec: Scripta Manent. “Las Guerras Carlistas en nuestra Zona”, 2004.
[60] Periódico “La Discusión” (Madrid): 12 junio 1874.
[61] “Narración Militar de la Guerra Carlista de
1869 a 1876”. El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. TOMO XIV, 1889.
[62] Romero Sáiz, Miguel. “El Saco de Cuenca, Boinas Rojas bajo
Mangana”. Ed: Diputación Provincial de Cuenca, 2010.
[63] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 19 junio 1874.
[64] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 20 junio 1874.
[65] Periódico “Crónica de Cataluña” (Barcelona):
23 junio 1874.
[66] Periódico “La Discusión” (Madrid): 26 junio 1874.
[67] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 26 junio 1874.
[68] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 26 junio 1874.
[69] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 10 julio 1874.
[70] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 28 junio 1874.
[71] Periódico “La Discusión” (Madrid): 2 julio 1874.
[73] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 9 julio 1874.
[74] Periódico “La Discusión” (Madrid): 1 julio 1874.
[75] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 30 junio 1874.
[76] Periódico “La Epoca” (Madrid): 27 junio 1874.
[77] Periódico “La Igualdad” (Madrid): 27 junio 1874.
[78] Romero Sáiz, Miguel. “El Saco de Cuenca, Boinas Rojas bajo
Mangana”. Ed: Diputación Provincial de Cuenca, 2010.
[79] Periódico “La Discusión” (Madrid): 7 julio 1874.
[80] César
Alcalá. “Carlos VII nos relata la Tercera Guerra Carlista”. www.lavoz.circulocarlista.com.
[81] Romero Sáiz, Miguel. Revista “Ababol” nº 37, Sec: Scripta Manent. “Las Guerras Carlistas en nuestra Zona”, 2004.
[82] “Narración Militar de la Guerra Carlista de
1869 a 1876”. El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. TOMO XIV, 1889.
[83] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 10 julio 1874.
[84] Periódico “La Iberia” (Madrid): 12 julio 1874.
[85] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 11 julio 1874.
[86] Periódico “La Discusión” (Madrid): 14 julio 1874.
[87] Periódico “La Discusión” (Madrid): 15 julio 1874.
[88] César
Alcalá. “Carlos VII nos relata la Tercera Guerra Carlista”. www.lavoz.circulocarlista.com
[89] Periódico “La Epoca” (Madrid): 19 julio 1874.
[90] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 28 julio 1874.
[91] Romero Sáiz, Miguel. “El Saco de Cuenca, Boinas Rojas bajo
Mangana”. Ed: Diputación Provincial de Cuenca, 2010.
[92] López Marín, Mariano (cronista de
Salvacañete). Publicación “Liberación de
los prisioneros hechos por los carlistas en la toma de Cuenca en Salvacañete”:
19 julio 2014.
[93] Periódico “Crónica Meridional” (Almería):
2 agosto 1874.
[94] Romero Sáiz, Miguel. Revista “Ababol” nº 37, Sec: Scripta Manent. “Las Guerras Carlistas en nuestra Zona”, 2004.
[95] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 25 julio 1874.
[96] Periódico “La Correspondencia de España”
(Madrid): 29 julio 1874.
[97] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 9 agosto 1874.
[98] Periódico “El Imparcial” (Madrid): 5 agosto 1874.
[99] Periódico “Boletín de Comercio” (Madrid):
6 agosto 1874.
[100]
César
Alcalá. “Carlos VII nos relata la Tercera Guerra Carlista”. www.lavoz.circulocarlista.com
[101]
Publicación mensual “Cosas
del Año” (Madrid) (Suplemento de “El Cascabel”): agosto 1874.
[102]
Periódico “La
Iberia” (Madrid): 16 agosto 1874.
[103]
Periódico “El
Imparcial” (Madrid): 17 agosto
1874.
[105]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 26 agosto 1874.
[106]
Periódico “El
Bien Público” (Mahón): 18
septiembre 1874.
[107]
“Narración Militar de la Guerra Carlista
de 1869 a 1876”. El Cuerpo de Estado Mayor del Ejército. TOMO XIV, 1889.
[108]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 11 septiembre
1874.
[109]
Periódico “La
Igualdad” (Madrid): 18
septiembre 1874.
[110]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 21 octubre 1874.
[111]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 23 octubre
1874.
[112]
Periódico “El
Imparcial” (Madrid): 27 octubre
1874.
[113]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 27 octubre 1874.
[114]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 30 octubre
1874.
[115]
Periódico “La
Iberia” (Madrid): 31 octubre 1874.
[116]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 10
noviembre 1874.
[117]
Periódico “El
Imparcial” (Madrid): 18
noviembre 1874.
[118]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 19
noviembre 1874.
[119]
Periódico “Crónica
de Cataluña” (Barcelona): 27
noviembre 1874.
[120]
Periódico “La
Discución” (Madrid): 3 diciembre
1874.
[121]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 1 diciembre 1874.
[122]
Periódico “La
Epoca” (Madrid): 12 diciembre
1874.
[123]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 22
diciembre 1874.
[124]
Periódico “La
Discusión” (Madrid): 23
diciembre 1874.
[125]
Periódico “El
Imparcial” (Madrid): 26
diciembre 1874.
[126]
Periódico “Boletín
de Comercio” (Madrid): 29
diciembre 1874.
[127]
Periódico “La
Correspondencia de España” (Madrid): 31 diciembre 1874.
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